Aterriza en Ferrol tras la desaparición de su Montañeros
12 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.A Iago Iglesias Castro (O Birloque, A Coruña, 1984) le quedaba todavía mucho fútbol en sus botas. Al menos, otros tres años. En eso coincidieron el mediapunta que asomó la cabeza en el Deportivo y el Racing de Ferrol, que pretende un ambicioso proyecto de huida de la Tercera División, hacia arriba.
Hace tiempo que Iago Iglesias ha dejado de ser Iaguito para ser uno de los jugadores importantes de equipos como el filial del Valencia o el Montañeros, que confiaron en su experiencia para cimentar sus proyectos deportivos. En ambos casos, el ascenso y la consolidación eran el ansiado horizonte, aunque resultó estar más lejano de lo previsto. De hecho, Iago estaba sin contrato desde el final de la pasada temporada, cuando el Montañeros consumó su descenso a Tercera División y poco después la directiva del club decidió disolver su equipo de referencia para potenciar las categorías inferiores.
Después de haber aprendido en el Galicia Gaiteira pisando el parqué del fútbol sala, Iago tomó rumbo hacia un Laracha de Preferente (vía el Calasanz). Fue santo y seña, lo que le valió para dar el salto a la Segunda División B, con un Atlético Arteixo que acabó en fiasco, aunque a Iago no le tocó vivirlo, porque ya se encontraba en el Deportivo.
Con Joaquín Caparrós en el banquillo de Riazor, Iago debuta en la máxima categoría. Llega a disputar catorce encuentros y firma dos goles. Ya entonces destaca por su visión de juego y su habilidad en el lanzamiento de libres directos. En la campaña 2007-2008 se marcha cedido al Elche, pero una lesión interrumpe su progresión y termina por no ampliar su contrato con el Deportivo. El Valencia B es su destino junto a Carlos Pita, pero tras la emigración agridulce regresa al Montañeros. A casa. Literalmente, ya que hasta junio jugaba los partidos a cincuenta metros de donde nació.
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