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La Primera se fija en el novedoso método de trabajo del preparador del Negreira
29 oct 2012 . Actualizado a las 16:03 h.Desde su llegada este verano, Juan Abalo, ayudante técnico de Javier Oreiro en el Negreira y cuya profesión es la de arquitecto, ha revolucionado por completo el trabajo con los porteros del equipo. Adapta una nueva metodología de trabajo que encandila a sus pupilos, o incluso, a una de las mejores escuelas de fútbol como es la Fundación Marcet, de Barcelona, que no dudó en invitarle a dar curso el pasado verano.
«Queremos fabricar porteros completos, e inteligentes, que tengan una personalidad propia y fuerte, porque hoy en día un portero que solo sepa parar, es un portero desfasado», señala Abalo, cuya teoría del trabajo globalizado, incluso triunfa fuera de Galicia, hasta el punto de compararlo con alguno de los mejores especialistas nacionales como Luis Llopis, del Real Mallorca, e inseparable de Joaquín Caparrós, quien no escatima en elogios hacia él. Reconoce públicamente que «parte de mis sesiones están inspiradas en un entrenador gallego, que no se dedica profesionalmente a ello».
Abalo considera imprescindible que el portero trabaje en los entrenamientos acciones reales de juego: «Hay que trabajar según se compite los domingos», porque saltar vallas o utilizar cuerdas «eso no sucede en los partidos, y no por irse muy sudado para la ducha significa que has trabajado mucho».
La ayuda del vídeo
Ahí entra en juego la tecnología del vídeo. Abalo graba los entrenamientos y partidos, y entrega todos los lunes una copia a los cuatro porteros a los que entrena. Luego estos visualizan las imágenes, y le devuelven al técnico sus propias valoraciones por escrito. «Deben hacer autocrítica, porque el trabajo de un portero es algo más que chutar y parar, ya que deben saber cómo se va a desarrollar el juego del rival, o intuir el fallo de un compañero que no esté bien, e incluso iniciar un ataque del equipo», subraya.
El preparador del Negreira combina tres tipos de entrenamientos: el analítico, el mixto y el global. El primero busca un trabajo sin oposición, de observación; mientras que el mixto está enfocado a mejorar la velocidad de reacción, la explosividad y el equilibrio. En el global se perfilan aspectos generales de la defensa, como la autoridad del portero y el dominio dentro del área. Abalo, a diferencia de la mayoría de preparadores, prefiere grupos de cuatro o seis porteros. Y no esconde que su aspiración es llegar a la élite, entrenar al máximo nivel.