
Sean Ogirri evitó que los celestes firmasen un ridículo
15 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Resultado más ajustado del que durante mucho tiempo se mascó en el Marta Domínguez. El Breogán ofreció una imagen muy floja y cayó con justicia ante un Palencia que, durante algunas fases del encuentro, se mostró muy entonado. El dominicano Sean Ogirri fue el faro al que los lucenses se amarraron para que el castigo no fuese aún mayor.
El Palencia saltó al parqué muy concentrado. Los de Natxo Lezcano elevaron el ritmo y castigaron a los visitantes con acciones de contraataque y con un Urko Otegui dominante en las zonas. No hubo partido para un Breogán que apenas ofreció recursos tácticos para capear el vendaval local.
Los gallegos se mostraron calamitosos en las dos partes del campo. En ataque, con abuso de los lanzamientos triples y una escasa circulación de balón, facilitaron las recuperaciones y las transiciones de un Palencia más agresivo. En defensa, los azules se mostraron poco solidarios, desbordados en el rebote defensivo y fusilados por un conjunto local que se empleaba con paciencia.
Pese a que el Palencia tuvo en sus manos la posibilidad de romper el encuentro, el Breogán encontró una vía de oxígeno en Sean Ogirri. El escolta anotó trece puntos en la primera mitad y mantuvo vivo el tenue pulso de los visitantes. Además, el relevo de Otegui en posiciones interiores supuso un alivio para las torres gallegas.
No obstante, el encuentro careció de historia. Los de Natxo Lezcano se desmelenaron en el tercer cuarto ante un adversario que ofreció una imagen bochornosa. Las rentas se dispararon hasta los diecisiete puntos (61-44) y todo parecía decantado para los palentinos.
Pero los fantasmas de las dos derrotas anteriores reparecieron en el bando local. Las pérdidas de balón permitieron al Breogán mantenerse en la barrera de los diez puntos y maquillar el tanteador.