Completa la tripleta de bases junto a Rafa Luz e Iñaki Sanz
09 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El Obradoiro Blusens Monbus ya tiene director de orquesta para la nueva temporada. Una vez aseguradas la continuidad de Rafa Luz y el retorno de Iñaki Sanz, ha tenido la paciencia y la perseverancia necesarias hasta encontrar un jugador contrastado para llevar la batuta sobre la pista: el base internacional griego Vasilis Xanthopoulos, que la pasada campaña fue compañero de Lasme en el Panathinakos. Con anterioridad también coincidió con otro ex obradorista, Levon Kendall, en el Panionios.
El director general del club, José Luis Mateo, lo define como «un verdadero director de juego, con una apreciable capacidad táctica. Se encuentra más cómodo pasando que anotando. También destaca por su faceta defensiva y, sobre todo, por la pasión que imprime a todas sus acciones».
Añade el dirigente un detalle que ha sido clave para que las negociaciones llegasen a buen puerto: «Valoramos que haya decidido cambiar el confort de vivir en su casa y tener un mejor contrato con uno de los mejores equipos de Europa por el desafío de venir a Santiago para ser un hombre importante en un equipo de la Liga Endesa».
Ese deseo de ser cabeza de ratón antes que cola de león ha resultado definitivo, ya que tenía la opción de continuar en las filas del conjunto heleno.
La defensa y el pase son sus mejores cualidades, pero también puede ser una amenaza para el rival por su buena mano, a poco que le dejen espacio.
En la última campaña, en la liga helena, promedió 12,8 minutos, 3,3 puntos, 1,5 rebotes y 2,6 asistencias, con más de un 40% de acierto en los triples. El año anterior, en las filas del Panionios, sus números fueron los que siguen: 27,3 minutos, 7 puntos, 2,2 rebotes y 4,5 asistencias.
Xanthopoulos mide 1,88 metros y, a sus 29 años, afrontará en el Multiusos de Sar su primera experiencia fuera de Grecia. Hace cuatro años, un compatriota suyo, Kostas Vasileiadis, se convirtió en uno de los ídolos de la afición del Obradoiro. Y el base, al igual que el alero, pertenece a esa estirpe de jugadores que no pasan inadvertidos sobre el parqué. Es de los que conectan con la grada por la pasión que imprimen al baloncesto.