Hoy regresa a los entrenamientos el Ourense tras el habitual día de descanso de cada semana con las novedades en los tocados Portela, que está totalmente descartado para el partido del domingo ante el Oviedo y pendiente de confirmar si hay rotura fibrilar o no tras la última prueba médica, y las molestias de Iker Alegre, que parece descartar una lesión y que confía en poder jugar ante su exequipo en el Carlos Tartiere.
En el apartado físico estos dos son los únicos contratiempos para Luisito, pero el saber donde poder entrenar cada día y la delicada situación económica de los jugadores, que están a punto de cumplir tres mensualidades sin cobrar y algunos de ellos hasta tres meses y medio, son dos cuestiones que enturbian y dificultan el trabajo diario.
Los tres días que restan para el cierre del mercado serán frenéticos para la directiva en lo que se refiere a la posible marcha de jugadores. La postura del club es clara y solo accederán a vender futbolistas en caso de que las ofertas que reciban consideren que son importantes, pero cada día que pasa la presión de jugadores y representantes es mayor y no se puede descartar que se produzcan todavía.
El único que ya descartó irse es Iker Alegre, que tras recibir varias ofertas, la última en la mañana de ayer, ha valorado quedarse en el Ourense hasta final de temporada como mejor opción. Manu Táboas, que también arrastra problemas físicos de poca consideración, sigue estudiando su marcha al Getafe B; Moisés pensando en que el club de su brazo a torcer para poder acabar con las dificultades económicas por las que atraviesa al no cobrar y poder salir. El que forzará hasta el último minuto será Borja Valle. El Elche mantendrá su oferta hasta el último día para llevárselo.