Rafael Díaz, internacional suizo de hockey sobre hielo de origen lucense, se enfrenta esta tarde a Letonia
12 feb 2014 . Actualizado a las 18:03 h.Llegó el gran momento gallego de los Juegos de Invierno. A las seis en punto de esta tarde (retransmitido en directo por Teledeporte), el lucense Rafael Salvador Díaz (Baar, Suiza, 1986) saltará al hielo del Shayba Arena de Sochi para debutar en su segunda cita olímpica con la camiseta de la selección helvética de hockey. Enfrente tendrá a Letonia, que junto con la República Checa y Suecia componen el grupo C.
Rafael es hijo del lucense José Manuel Díaz, que abandonó Candaedo (Alfoz) para cimentar un futuro para su familia en Zug (a media hora de Lucerna y Zúrich).
En el club de esta ciudad de 27.000 habitantes se fraguó el flamante fichaje de los Vancouver Canucks, equipo de la National Hockey League (NHL), la mejor Liga del mundo. El gallego firmó su incorporación hace apenas una semana, procedente de otro equipo del país norteamericano, los Montreal Canadiens, que recibieron a cambio a Dale Weise. Este mismo verano, el hermano de Daniela Díaz (jugadora del Zug) se convertirá en agente libre.
Su estilo agresivo, sobre todo en tareas defensivas, le ha granjeado la admiración general. El deporte nacional canadiense ya tiene héroe gallego, elegido para el equipo All Star del 2012 y para participar en los concursos de exhibición de la NHL.
Entre los puntos fuertes de su juego destacan los especialistas su regularidad, habilidad sobre los patines, el lanzamiento de penaltis, el modo en que mueve al equipo desde atrás, pero sobre todo, los bloqueos de disparos rivales, que lo han situado en las zonas altas de los ránkings.
Suiza es un histórico del hockey sobre hielo desde que esta disciplina forma parte del programa olímpico (1920), aunque hasta el momento solo ha logrado dos medallas de bronce (1928 y 1948). Canadá es el actual campeón.
De madre suiza, mundialista y olímpico (ya participó en los Juegos de Vancouver del año 2010), Rafael Díaz es un apasionado del Deportivo y de la informática. Cuando puede, regresa a Alfoz para compartir algunas semanas con la familia y disfrutar de la gastronomía gallega. «Siempre vuelvo con kilos de más», bromea.