Los obradores de Sar

M.G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

DEPORTES

Tres técnicos tan santiagueses como el equipo.
Tres técnicos tan santiagueses como el equipo. carlos folgoso< / span>

El cuadro técnico saborea la permanencia en su partido cien con el Obra en la ACB

06 may 2014 . Actualizado a las 17:43 h.

Muchos de los espectadores que acuden asiduamente a los partidos del Obradoiro en Sar iban de la mano de sus padres al viejo pabellón ubicado exactamente en el mismo lugar donde hoy se alza el Multiusos. Más de uno recuerda haber visto jugar allí al Barcelona de Sibilio, Solozábal, Epi y compañía. Esa temporada, la primera del conjunto santiagués en la élite, antes de que naciese la ACB, ya había duopolio, con un Real Madrid en el que brillaban Fernando Martín, Romay, Corbalán o Delibasic.

Entre aquellos espectadores que disfrutaban de niños a orillas del Sar estaban Moncho Fernández, Víctor Pérez y Gonzalo Rodríguez, tres compostelanos que cogieron las riendas del equipo en el verano del 2010. Llegaron de la mano de otro compostelano, Chete Pazo, y con Francisco Sánchez, también santiagués, como cabeza visible de los nuevos rectores del club. Reclutaron para la causa al delegado, Fran Grela (otro con DNI de la ciudad del Apóstol), al preparador físico Óscar Viana y al fisioterapeuta Tomas Richartz.

Así y ahí arrancó una singladura que sigue su curso, un crucero con escalas muy dulces para el pasaje que se sube cada jornada en Sar. Aquellos tres niños son ahora coprotagonistas de triunfos ante el Barcelona de Navarro, Nachbar, Tomic... El Baskonia de Nocioni, Pleiss, Heurtel... Y el de Prigioni, Oleson, Teletovic... Y el Unicaja de Carlos Suárez, Calloway, Fran Vázquez... Los recuerdos de los ochenta están más asociados a los ilustres que desfilaron por Sar. Los del último lustro, en cambio, tienen la etiqueta de las victorias. Algunas, como las anteriormente apuntadas, ante rivales con rango de Euroliga, inasequibles por presupuesto pero no en el cuerpo a cuerpo.

Otras, por el significado, por el valor del momento. Como la que aseguró la permanencia ante el Valencia de De Colo, Faverani, Claver (los tres hoy en la NBA), Caner Medley o Newley. O la que certificó la presencia por vez primera en el play off, ante el Bilbao de Mumbrú, Hervelle, Raúl López o Hamilton.

Entre tanto brillo pasó más inadvertida la última y sufrida batalla frente a un Valladolid desprovisto de pedigrí, la que dejaba la tranquilidad de la permanencia al alcance de la mano. Esa tranquilidad quedó sellada este fin de semana, en el partido número cien de este cuerpo técnico al frente del Obradoiro en la ACB. Y son los mismos que antes firmaron otra campaña para el recuerdo, la del ascenso a la máxima categoría, con un balance de 28 partidos ganados y solo seis perdidos en liga regular, a los que se sumaron nueve y tres en el play off.

Otra campaña para el recuerdo

Este periodista todavía recuerda una conversación a las puertas de las oficinas de Sar con un aficionado que acababa de sacar el abono para el regreso a la ACB. «Temporada como esta -se referería a la de la LEB- no la vuelvo a disfrutar». Y quizás no le faltara razón, porque hay distintas maneras de disfrutar. La del año siguiente, sufriendo hasta el júbilo final. La del pasado curso, dando un paseo por la clase media alta. Y este, con el desconocido sabor de la continuidad en la élite lograda a cuatro jornadas para la conclusión, sin agonías ni expectativas de play off. Pero con el mejor registro de la historia, el de seis partidos seguidos sin perder, cinco con Muscala y Oriol impartiendo magisterio y el sexto con la inercia que dejaron.

Todo ello con ese cuadro técnico que en el verano del 2010 se aprestaba a iniciar una aventura con toda la ilusión del mundo. Se perfilaban como los pilares santiagueses del Obradoiro en el banquillo. Y ahí siguen, echando raíces.