La referencia de la década por cabeza y por tesón

Xosé R. Castro

DEPORTES

17 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Quizás no tenga el motor de otros, pero la cabeza y el tesón han llevado a Lolo Penas a ser una de las referencias del atletismo en Galicia en la última década. También en esta temporada recién iniciada en donde se ha apuntado el triunfo en dos de las más populosas populares. Transmitiendo que su estado de forma siempre es el óptimo con independencia del año y de la época.

Lolo, que ya enfila la carrera como atleta veterano (por edad, que no por fuelle), ha sido un ejemplo desde sus comienzos hasta hoy, sin ningún momento de duda por el camino. Ha vivido en primera persona las estrecheces de un deporte que casi nunca da para comer, tuvo la inteligencia necesaria para ganar una oposición que le garantizase la subsistencia de por vida (en teoría) y en ninguno de estos dos momentos de su vida se ha olvidado de entrenar. Ni un solo día. Cuando era profesional, en espíritu, que no en el bolsillo, vivía para su deporte las 24 horas del día, y cuando comenzó a trabajar fue capaz de organizarse para no perderse ni una sola sesión. Calzándose las zapatillas de madrugada, con la noche encima o con la sobremesa a cuestas.

Durante este tiempo jamás ha vivido el mal de altura tan característico en deportistas de élite. Lolo se toma tan en serio la popular que ganó ayer en Ourense como si fuese el campeonato del mundo de 10.000 metros con un estadio repleto de gente y con las primeras figuras mundiales a su lado. Por eso se ha convertido en uno de los atletas más queridos por parte de la legión de deportistas anónimos que cada domingo hacen realidad su particular sueño tras colocarse un dorsal en el pecho. Penas es uno más de ellos.

Con 37 años a sus espaldas, el arzuano todavía no ha dicho la última palabra. Mantiene la ilusión del primer día, no ha bajado el acelerador a la hora de entrenar y aún tiene margen para vivir alguna convocatoria internacional más. Pero cuando sus días en la primera fila toquen a su fin, todavía le queda cuerda para seguir mandando en las populares. En donde de verdad disfruta quien no tiene que malvivir de una beca.