Tiene fama de difícil, pero el segundo grande del año elevó de inicio a Fowler en una jornada con festival de aciertos
16 jun 2017 . Actualizado a las 07:43 h.Lució el sol y, aunque sopló el viento con fuerza, llegaron los birdies en Erin Hills. El campo trigueño exhibió su versión más larga, con 7.314 metros, porque la organización colocó los tees muy retrasados. Pero la pegada de los jugadores actuales hizo que el tamaño no importase. Tampoco el temible rough que delimita las calles, porque son anchas y permiten ciertas licencias. El primer birdie lo consiguió Tyler Gooch, el primero español, nada más empezar, Rafa Cabrera, y en su primera hoyo, Sergio García se anotó un eagle. Un mensaje a sus dos compañeros de la partida estelar, Adam Scott y Bubba Watson. La mañana en Erin Hills resultó un festival, un atípico festival de aciertos en el inicio del US Open (Movistar Golf, 19.00), el grand slam que se caracteriza por su dificultad.
El campo todo parecía hacerlo posible ayer. Como en los seis últimos grand slams, que vieron salir ganadores a seis jugadores que no tenían majors en su palmarés. Al Campeonato de la PGA 2015 de Jason Day le sucedieron victorias de Danny Willett y Sergio García en el Masters, de Dustin Johnson en el US Open, de Henrik Stenson en el Open Británico y de Jimmy Walker en el PGA. Así que, ¿por qué no Rickie Fowler en Erin Hills? A sus 28 años cuenta con la madurez, la ambición y el juego necesarios.
Fowler se situó líder en solitario gracias a sus siete birdies, en una tarjeta sin fallos. Jon Rahm, siempre al ataque, se complicó con cuatro golpes sobre el par, pero nadie puede descartar a un competidor de su talento. Entre los españoles, Rafa Cabrera completó al par sus 18 hoyos. Y, al cierre de esta edición, Sergio García había pasado por cuatro calles con un resultado provisional de -2.
La anécdota de la jornada la protagonizó un dirigible que tomaba imágenes aéreas que se incendió y cayó sobre el campo. Al parecer, el piloto logró lanzarse en paracaídas.