El desenlace del relevo fue sorprendente. Ganó quien más arriesgó y quien mejor ensayadas tenía las transiciones: Gran Bretaña, con el excelente registro de 37.47 segundos, mejor marca del año, pero lejos del récord del mundo. Los dos grandes favoritos, Jamaica y Estados Unidos, habían planteado un cuarteto en el que dieron prioridad a los atletas que estaban más conjuntados en los cambios sobre los resultados individuales. Por ello se quedaron fuera del equipo de EE. UU. los tres representantes que tomaron parte en el 200 metros, Web, Young y King. Pero tampoco alinearon a Blecher, que intervino en el hectómetro. Jamaica hizo lo mismo y excluyó a los participantes del 200, Rasheed y Weir, así como a Givans, que corrió el 100.
Sin embargo, ninguno de los dos quiso arriesgar, planteando cambios demasiado conservadores. Aun así, fueron transiciones, en general, deficientes. Tal vez esperando el fallo del rival más que la seguridad de una buena entrega propia. Pero Gran Bretaña había hecho muy bien sus deberes y con velocistas con un potencial individual inferior se impuso, y tuvo su recompensa, a base de transferencias muy ensayadas. Triste adiós de Bolt. El relámpago jamaicano no se merecía esta despedida, pero la competición y el paso de los años son implacables.