El futuro llega desde la nueva Europa

josé m. fernández

DEPORTES

A sus 22 años, el griego Antetokounmpo, hijo de inmigrantes nigerianos, y el letón Porzingis, curtido en Sevilla, son dos de los tres mejores anotadores de la NBA

13 nov 2017 . Actualizado a las 09:49 h.

Un par de huracanes asolan la NBA. Giannis Antetokounmpo (Atenas, diciembre de 1994) y Kristaps Porzingis (Letonia, agosto de 1995), ambos procedentes de la nueva Europa y los dos con la versatilidad y el físico que exige el baloncesto moderno. Un par de fuerzas de la naturaleza que hasta la última jornada, encabezaban el ránking anotador de la NBA; ahora Harden acaba de superar a Porzingis, que conserva la tercera plaza.

No es fácil rastrear en el baloncesto norteamericano un par de jugadores capaces de experimentar de una campaña a otra una mejora como la de Antetokounmpo y Porzingis. El primero ha pasado de 22 puntos por partido en su cuarta temporada en la NBA a 31,7, mientras que el letón, que debutó en Estados Unidos en el 2015, promedia 30,4, doce puntos más que la campaña pasada. Un par de diamantes a punto de pulir que caminan en un futuro cada vez más cercano hacia el MVP de la Liga.

De origen nigeriano, el padre de Antetokounmpo fue jugador de fútbol y su madre, saltadora de altura. Hasta que un avispado ojeador griego lo descubrió y lo reclutó para el Filathlitikos de Segunda División, el joven Giannis ayudaba a sus padre como vendedor ambulante de fruta. En el 1912, aún sin la nacionalidad griega, y gracias a un vídeo que cayó en sus manos, Willy Villar, director deportivo del CAI Zaragoza, lo fichó para el cuadro maño. Los Bucks de Milwaukee abonaron la cláusula de rescisión antes de que llegara a debutar con el CAI. Cuatro años después, Antetokounmpo mide 2,11 (con una envergadura de 2,21), una altura de pívot y un cuerpo de alero que puede jugar como base. Un jugador total moldeado por Jason Kidd en Milwaukee, que poco a poco pule su lanzamiento exterior (30,4 % en los triples) y que captura 10,4 rebotes por partido. Pese a las reticencias racistas de Michaloliakos, líder de Amanecer Dorado -«si le das a un chimpancé del zoo un plátano y una bandera, ¿ya es griego?»-, Giannis, que debutó con Grecia en el Mundial de España del 2014, se acerca mucho a lo que esperaríamos de un Magic del siglo XXI.

Pozingis ha sido puesto en duda en un par de ocasiones en Nueva York. La primera, tras ser drafteado en la cuarta posición del 2015 por los Knicks -una elección recibida con pitidos-, y el pasado verano, cuando la enésima crisis acabó con Carmelo Anthony camino de Oklahoma. Forjado en el Caja San Fernando, a la vera del técnico gallego Diego Ocampo, su tercera temporada en la NBA está siendo espectacular.

Los Knicks parecen menos deprimidos que de costumbre y se lo deben a un jugador que podría definirse como la perfecta combinación de Nowitzky y Pau Gasol. Una fuerza de la naturaleza con 2,21, demoledor en las cercanías del aro y con unas condiciones para el lanzamiento espectaculares, sobre todo tras un trabajo con el que ha conseguido dar estabilidad a un físico privilegiado.