De nuevo entre los mejores

José M. Fernández

DEPORTES

02 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El batacazo de Brasil 2014, cuando cayó en la primera fase, y el tropiezo de Francia 2016 parecían el final de una época, el principio del fin de un grupo que no se renovó a tiempo. El fútbol español tocó el cielo con la conquista de dos Eurocopas y un Mundial de forma consecutiva, seis años en los que marcó un estilo inconfundible, el triunfo de los bajitos, esa pócima mágica que fabricó Luis Aragonés cuando se enfurruñó con el todo el entorno y decidió que, a falta de «condición física de base», lo mejor era confiar en Xavi, Iniesta y compañía. Ni en Brasil ni en Francia modificó Del Bosque lo que hasta entonces había funcionado; solo una pequeña reforma, un lavado de cara para que todo continuara más o menos igual, con un grupo quizá excesivamente acomodado sin nadie que empujara. No es fácil gestionar el éxito, tampoco lo fue para Del Bosque.

Además de haber vencido el escepticismo general que presidió su desembarco, el mérito de Julen Lopetegui -libre de ataduras y de hipotecas- reside en no renunciar a las esencias, dar continuidad a quién se lo merezca y tener firmeza para entregar el timón a una generación que ha crecido bajo unas señas irrenunciables. Es posible la convivencia; de hecho, en Rusia repetirá buena parte del grupo que cayó en octavos de final de la Eurocopa del 2016, el mismo que quizá ahora nota el aliento de aquellos sub-21 que fueron campeones de Europa con Lopetegui en Israel 2013. Suficiente como para acercarse de nuevo a los mejores y obligatorio en un Mundial sin Italia y con más equipos de los deseables.