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Woods se lució en Bahamas, con un «swing» algo distinto y, sobre todo, una actitud muy positiva
04 dic 2017 . Actualizado a las 22:16 h.A sus 41 años, Tiger Woods ha firmado la reaparición más convincente desde que los problemas físicos y las lesiones comenzaron a mermar su juego de forma alarmante. El mismo jugador que ganó 14 grand slams ha adaptado su movimiento de antes para protegerse de las molestias de espalda. Hemos visto cómo ha ido variando la técnica del swing. Ahora ya no arquea tanto la espalda en el momento del golpeo. En general, describe con el palo una trayectoria más recta. En todo caso, que nadie piense que contemporiza. Está lanzando la bola con 290 yardas de vuelo. Hablamos de distancias muy considerables. Le vimos durante los cuatro días con un swing muy compacto y regular.
Al margen de movimientos y datos, Tiger Woods vuelve a transmitir sobre el campo. Claro que le va a costar volver a ganar. Pero lo esencial es que ha firmado su reaparición más convincente. Tanto, que su -4 de ayer, para un resultado final de -8, ha eclipsado el resto de noticias del Hero World Challenge, el torneo que el propio Woods organiza en Bahamas y que ganó Rickie Fowler con -18. Para Tiger, que flojeó algo el sábado con una tarjeta de +3, ahora el reto se centra en encadenar cuatro vueltas consistentes en los torneos. Pero su regreso transmite buenas noticias tanto para él como para el golf.
Jugó en Bahamas con una buena distancia, con su principal lastre de antaño, el drive, muy controlado. Brilló con diferentes golpes de recuperación, aunque falló en algún approach. Más allá del juego, su actitud también resulta relevante. Hemos visto a un jugador más suelto, tanto en el campo como en las entrevistas y demás. Parece encantado ya por el mero hecho de volver a jugar. Más todavía al celebrar que consigue vueltas bajo par con cierta regularidad. Se trata de disfrutar del deporte, disfrutar del golf de alta competición, sin la ansiedad de antes. En otras reapariciones, parecía como si sintiese que solo le valía ganar. Ser Tiger Woods conllevaba esa exigencia, que ahora parece gestionar de otra manera. Parecen pesar más las ganas de disfrutar y demostrar que es un jugador de golf serio e importante.
Aunque la cantidad de operaciones a las que se ha sometido en los últimos años le condicionen, no creo que varíe demasiado un calendario que solía incluir unas 20 pruebas al año. Sí intuyo una diferencia. Creo que evitará las pausas entre torneos cuando se proponga su auténtica reaparición. Necesitará encadenar varias semanas compitiendo, algo que antes no hacía. Lo más importante es que ha vuelto Tiger y el golf sonríe.