El Breogán quiere frenar a un Palencia más acelerado desde el cambio de técnico y que apenas conserva dos jugadores de la época de Natxo Lezkano
04 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Paso vital en la carrera por el ascenso. El Cafés Candelas Breogán tiene ante sí un duelo llave para refrendar su absolutismo y gobernar tranquilo en la recta final. El tropezón del Prat en Ourense le da la oportunidad de dejar a sus competidores a tres victorias, un colchón suficiente para que no le asalte la presión en el caso de derrota. Se hará con ese perímetro de seguridad si hoy doblega a un Palencia al alza desde el cambio de entrenador. La cita por el todo, a las 18.00 horas en el Pazo.
Tres cosas preocupan a Natxo Lezkano de su ex equipo: el cambio de ritmo, el rebote y las individualidades. La llegada de Alejandro Martínez ha supuesto un cambio en el estilo de los palentinos. Con la voluntad de dar al equipo más mordiente ofensiva, el técnico catalán ha desterrado el juego pausado y las posesiones largas. Ha confiado la batuta en un veterano como Andrés Miso para aportar revoluciones en la pista y espabilar a un equipo que se estancaba en la parte media de la tabla. El resultado ha quedado a la vista en apenas dos semanas. Dos triunfos sitúan a Palencia en zona de playoff y le convierten en un rival potencialmente más peligroso.
Las disputas bajo el aro son otro de los aspectos en los que Lezkano pone la lupa. Ruffin y Urko Otegui son dos de los mejores reboteadores de la liga. El pívot de Stoughton es el sexto de la categoría en el plano ofensivo. El interior de San Sebastián, el noveno en cazar los defensivos. El Breogán no tiene hombres tan arriba en los ránkings, pero la respuesta coral es más completa.
Palencia también tiene jugadores con experiencia en todas las posiciones. La llegada de Andrés Miso tras la salida del base canadiense Caliste, hizo ganar enteros al grupo. El escolta se ha readaptado a base y es un jugador con una amplia trayectoria en LEB Oro y ACB. Quique Garrido, Jordi Grimau, Sergi Pino o Urko Otegui son otros activos con carrera larga en el baloncesto español. Individualidades «capaces de romper un partido», tal como explicaba Lezkano esta semana. Mediado el curso, Palencia cortaba al pívot norteamericano Lamont Barnes, otro de esos baloncestistas con bagaje. Llegaba Deividas Busma. Diez años más joven, el pívot lituano lleva cinco compitiendo en la LEB Oro.
Un duelo especial
Apenas queda la sombra del Palencia que dirigió Natxo Lezkano entre los años 2007 y 2015. Solo Quique Garrido y Urko Otegui compartieron equipo con el técnico vasco, que vive de forma especial los duelos contra su ex equipo. Tras ascender al Palencia en el 2009 a la LEB Oro y consolidarles en la categoría, Lezkano hizo de ellos un rival a tener en cuenta en la parte alta de la liga, llevándolos a ganar la Copa Príncipe y hasta la final en los playoffs en el 2014.
El técnico vasco reconocía esta semana, en los micrófonos de Radiovoz, que el duelo contra los palentinos es cada vez menos especial porque va pasando el tiempo. Aunque viajar a Palencia le sigue conmoviendo.