Un Barcelona poco reconocible

DEPORTES

Alejandro García | EFE

Perdió el balón, dependió demasiado de Messi y vivió mejor en el desorden de la segunda parte

18 dic 2019 . Actualizado a las 23:46 h.

Hubo un tiempo en el que el Fútbol Club Barcelona asombró al mundo futbolístico por su juego. Estadísticas de posesión escandalosas y circulaciones de balón maravillosas hasta encontrar la jugada perfecta y acabar con el balón en el fondo de la red. El Bará ya no es un rodillo, toda esta magia se ha ido diluyendo como un azucarillo en un café con el paso de los años y ahora depende de los zarpazos de Messi o Luis Suárez. Visitar al Barça era pasar por el dentista, aunque a los azulgrana les tocó ayer probar de su misma medicina. Fue el Barcelona más pobre de los clásicos de los últimos años. El Real Madrid le sacó el balón y los de Ernesto Valverde sufrieron desesperados por frenar a un Madrid volcado en ataque. La presión arriba de los de Zidane ahogó la salida de balón de los blaugranas, dejando aislados a sus tres atacantes.

El Barça echó de menos a Busquet, ese jugador que supera como nadie la primera línea de presión del rival y que conecta al medio campo con los de arriba. Frankie de Jong no apareció, en contraste con la exhibición del Pajarito Valverde en el Real Madrid, mientras que Sergio Roberto y Rakitic jugaron más pendientes de ayudar en defensa que de conectar con la gente de arriba. Messi bajó al medio campo, a poner orden, a actuar de playmaker, aunque se alejó del área.

La primera parte del Barcelona fue pobre y solo la falta de pegada del Real Madrid lo dejó con vida. Las estadísticas de los primeros 45 minutos reflejaron el desastre blaugrana: tres disparos del Barça, jugando en casa y ante su público, por trece del Real Madrid. Busquets no entró en la segunda parte, Valverde dijo que tenía fiebre y metió a Arturo Vidal buscando una marcha más en el centro del campo. En la segunda mitad, el partido fue más largo, más abierto, se fue a un intercambio de golpes. El Madrid perdió la posesión, el orden y el Barcelona vivió mejor.

A Real Madrid le faltó la fuerza en las piernas, no pudo mantener la presión de la primera parte y el Barcelona comenzó a encontrar a la gente de arriba. El Barcelona vivió a la espera de un a genialidad de Messi o Luis Suárez, que resuelven tantos choques, aunque le faltó precisión.

Fue un Barcelona sin personalidad, ni carácter o agresividad, que durante un buen número de minutos estuvo a merced del Madrid. Llegó arriba y pudo hacer algún gol, aunque en escasas ocasiones con acciones trenzadas. El Barcelona es previsible y necesita reinventarse. Valverde no encuentra el medio campo. Seguirá ganando títulos, aunque a veces parece que más allá de Messi no hay nada.