Logró en Balaídos el tan deseado ascenso a Segunda División B después de disputar tres play off consecutivos con Yago Iglesias en el banquillo
26 jul 2020 . Actualizado a las 16:35 h.El Compos consiguió en Balaídos ante el Ourense CF el ascenso por el que tanto suspiraba la afición, por el que tanto trabajo se lleva realizado. A la tercera fue la vencida. El club cambió hace cuatro veranos su modelo, apostando por jugadores gallegos, jóvenes y con pasado blanquiazul. Para reinventar el equipo, el presidente Antonio Quinteiro contrató a Yago Iglesias como máximo responsable técnico. Con este entrenador en el banquillo, el Compos disputó tres play off consecutivos de ascenso a Segunda División B, después de un primer año de larga transición y en el que empezaron a construirse las bases del actual Compostela.
En los dos primeros intentos, el conjunto blanquiazul se quedó sin premio. En la primera oportunidad de cambiar de categoría, después de ser campeón de grupo, el golpe fue tremendo. Con el estadio de San Lázaro vestido de gala, con las gradas repletas de público y la ventaja del marcador conseguido en el partido de ida, el Compos se vino abajo. Se hundió. Las lágrimas inundaron el césped de San Lázaro. El Salmantino echó por tierra todo el trabajo de un curso.
Esta vez, en un fin de temporada atípico, el equipo de la capital de Galicia no falló. Había muchas reservas y grandes incertidumbres y dudas con este play off exprés, en el que el Compos tenía que jugarse la vida ante los otros tres equipos del grupo gallego. Los futbolistas tenían una opinión casi unánime, preferían un play off tradicional, con mucho público en las gradas, con la ventaja de jugar la vuelta en casa y enfrentándose a conjuntos de otras comunidades.
Era el favorito
El Compos cumplió los pronósticos, pues partía como favorito. Tanto en la semifinal ante el Barco como en la final frente a Ourense CF, al cuadro de Yago Iglesias le valía el empate. Durante el campeonato fue el mejor, tanto defensiva como ofensivamente. Solo perdió cuatro de los veintisiete encuentros disputados, con una media de puntos casi idéntica a la conseguida en el curso del anterior título (2017-2018).
Además de ser campeón en el momento de suspenderse la competición por el covid-19, el Compos ofreció el fútbol más vistoso y técnico de todos los integrantes del grupo primero de Tercera División, un estilo que identifica al conjunto de la capital gallega desde la llegada del cuerpo técnico a San Lázaro.
El curso pasado (2018-2019), el Compostela partió con cierta desventaja, pues quedó clasificado detrás del Racing de Ferrol y del Bergantiños, con lo que llegó a la promoción como tercero de grupo y con la obligación de ganar tres eliminatorias para lograr el objetivo.
El disgusto fue monumental porque los blanquiazules cayeron ya en su primer intento. Una vez más la suerte le dio la espalda al colectivo blanquiazul. Le tocó en suerte el Deportivo Alavés B, un filial entrenado por un viejo conocido de la parroquia compostelanista: Iñaki Alonso.
Una jugada desafortunada
En la ida, el Compos disputó un mal partido y regresó a casa sin marcar (1-0), algo que en estos enfrentamientos es de vital importancia. Pese a todo, le pudo dar la vuelta a la tortilla y se colocó con un favorable 3-1. Se adelantaron los vascos en el marcador a la media hora de juego, pero ya antes del descanso Aythami igualó el encuentro.
En el segundo acto, Santi Gegunde y otra vez Aythami, en el minuto 84, hicieron vibrar a la afición, que ya se veía en la siguiente ronda. Sin embargo, un gol en la prolongación del conjunto visitante envió al Compos al infierno (3-2). Un verano más se quedó sin ascenso. Al final, el Alavés sí consiguió el cambio de categoría tras apear posteriormente al Escobedo y al Tarazona.
El éxito del cuarto proyecto hace olvidar las lágrimas de cursos anteriores
En la temporada del anterior título (2017-2018), el tándem formado por Yago Iglesias y Rodri Veiga no pudo cumplir el sueño de la parroquia compostelanista. El equipo llegó al play off tras firmar un excelente expediente, pero no le acompañó la fortuna en el bombo. Alcanzó la fase definitiva de la competición en un buen estado físico, con mucha moral y el trabajo bien desarrollado. Todo parecía estar de su lado. Las sensaciones eran notables, relevantes, sublimes.
Sin embargo, le tocó jugar la vuelta a domicilio y en el sorteo le cayó un auténtico bombazo, el Espanyol B, campeón del grupo catalán y, posiblemente, el mejor equipo de la categoría, con varios futbolistas que ya habían debutado en el once periquito de Primera División.
En la ida, en San Lázaro, el Compos pudo cosechar un mejor resultado. Falló en la definición. Al término de los noventa minutos, 0-0 en el marcador y la ventaja de campo para los catalanes. La vuelta fue un desastre. El equipo salió descentrado, sin intensidad y encajó tres goles en los primeros veinticinco minutos. El Compos quedó k.o. en el primer asalto.
La segunda oportunidad fue ante otro catalán, el potente Terrassa. El equipo de Yago Iglesias recibió el segundo gol en el descuento y regresó a casa con una importante desventaja (2-0). En la vuelta, con cuatro mil aficionados en las gradas, hizo el milagro, con dos dianas de Primo y otra, la primera, de Tomás Abelleira.
La suerte del bombo
El Compos se plantó en la tercera y última eliminatoria con ambición e ilusión, pero nadó para morir en la orilla. Esta vez el bombo le colocó enfrente al Salmantino. Con el 1-1 de El Helmántico se le puso de cara el ascenso al cuadro gallego. El 0-0 le valía al conjunto blanquiazul, que salió con demasiadas reservas al terreno de juego y antes de la media hora recibió el gol que le envió contra la lona.
Quedaba más de una hora de juego, pero el Compos fue incapaz de forzar la prórroga. Se quedó, otra vez, a las puertas del cielo. Y en esta ocasión con muchísimo dolor después de ver un estadio vestido de gala con más de siete mil aficionados en las gradas.
Ahora, en el estadio vigués de Balaídos tocó la hora de la revancha. A la tercera fue la definitiva. El Compos regresó a Segunda División B después de un curso casi inmaculado.