Fernando Alonso vuelve al podio en un épico GP de Baréin de Fórmula 1

DEPORTES

Memorable carrera del piloto español, que superó a Russell, Hamilton y Sainz para ser el mejor tras los intratables Red Bull, con Verstappen ganador

05 mar 2023 . Actualizado a las 21:22 h.

Aston Martin ha dinamitado el Mundial de Fórmula 1. No tanto como para moverle la silla a los intratables Red Bull, pero lo suficiente como para que la pugna entre la clase media sea ahora tan emocionante que la temporada toma otro cariz. El Gran Premio de Baréin fue el mejor ejemplo. Tras Verstappen y Checo Pérez, Fernando Alonso fue el verdadero protagonista. Salió quinto, volvió por sus fueros y brindó batallas memorables para superar a Russell y Hamilton, y aprovechar el abandono de Leclerc para arrebatarle la tercera plaza del podio a Sainz. Alonso no pisaba ese cajón desde Catar 2021. El anterior era del 2014. Aston Martin ilusiona.

Toda la parrilla se situó frente al semáforo con blandos, salvo Magnussen (Haas). Leclerc calzaba gomas nuevas. Los precedentes auguraban un safety car tras la salida, pero no lo hubo. La puesta en marcha y la pugna en las primeras curvas fue limpia, con Verstappen a otro nivel, Sainz conservando la posición y los agresivos Mercedes relegando a un Alonso que lo intentó por fuera, pero recibió un toque de su compañero Stroll en el cuarto giro, lo que le ralentizó en un momento clave. Bottas saltó cuatro posiciones.

En la sexta vuelta ya se estaba perfilando el escenario de carrera, con el campeón del mundo a cuatro segundo del pelotón, más preocupado de gestionar gomas en un circuito con una alta degradación. Alonso improvisaba trazadas y, junto a Stroll, presionaba a los Mercedes, que sufrían demasiado. Gasly fue el primero en rendirse a la evidencia de la primera parada (vuelta 10) y, poco después, en la 13, Alonso brindó el primer pulso destacado el GP de Baréin, para adelantar a Russell. Tras ello, las flechas plateadas, a reflexionar al pit stop. Después, los Ferrari, únicos en plantarle cara a los Red Bull, que apostó por blandos. La duda estaba en si la Scudería podría arañar la segunda plaza, pero los que iban con duros resistían bien el desgaste. Sainz y Leclerc no estaba entre los afortunados, de modo que Checo Pérez sobrepasó al monegasco y restableció el orden.

Por detrás, una vez superado Russell y con la defensa controlada, Alonso iba comiendo la moral a Hamilton, un clásico entre los clásicos, algo impensable hace doce meses. El inglés seguía sufriendo con las gomas y el español lo sabía. El juego de ritmos estaba servido. Lo que cada uno tenía guardado en el zurrón iba a marcar la diferencia.

Las radios echaban humo y ambos se miraban de reojo. Con la victoria en el gran premio fuera de toda duda, aparte de los detalles que permiten conocer el estado real de Red Bull, el interés se centraba en la pelea entre la clase media.

Valoraba Alonso un undercut para amedrentar un poco más a Hamilton y algo debió olerse Mercedes, porque le obligó al heptacampeón del mundo a parar para protegerse. Paralelamente, Stroll sí lo ejecutó contra Russell, a quien le robó la posición en una primera vuelta superofensiva (gran carrera del canadiense de Aston Martin, que ni había probado el coche, ni había hecho pretemporada por una fractura de muñeca), mientras Alonso permanecía en pista hasta la 35 y Sainz entraba de nuevo en el pit lane.

Y llegó el momento, en la vuelta 37, curva 4, Alonso prepara la trazada, busca el aire limpio y adelanta a Hamilton, pero frena tarde y se cuela en el giro, de manera que el británico le devolvió el adelantamiento. La quinta plaza en juego, aunque parecía que era el título. La tensión no aflojó y en la 38, en el punto más técnico del circuito, el español amaga por fuera con un Hamilton más precavido, pero le arrebata por dentro. Como en los viejos tiempos. Hamilton no perdona y persigue a Alonso con el cuchillo entre los dientes. Memorable pugna entre los dos más veteranos de la parrilla (y dos de los tres campeones del mundo que hay en competición).

Cuando más acelerado estaba el corazón de los aficionados, el de los ferraristas se paró. El bólido de Leclerc perdió potencia y acabó fuera de carrera, víctima de la batería (y eso que justo la había cambiado antes de la salida), elevando a Sainz al podio y metiendo en la brega por los puestos de honor a la pareja Alonso-Hamilton. Se venía el duelo entre españoles, con la degradación del neumático y su afectación al ritmo como juez.

Y tanto que lo fue. Con doce vueltas por delante, el asturiano se olvidó de la gestión por unas curvas para sobrepasar al Ferrari del madrileño, incapaz de taparle la trayectoria (hubo un pequeño toque entre ambos). Sainz acabó cuarto y Hamilton se vino abajo por culpa de sus neumáticos.

Todo esto, a veinticinco segundos del líder, Verstappen. Queda mucho Mundial. Afortunadamente.