Jaime Capellá Bouza, preparador físico y fisioterapeuta lucense: «Chus Mateo pensó en mí y dio la cara por mí»
DEPORTES
Ha ganado dos Ligas chinas en tres temporadas
29 jun 2023 . Actualizado a las 21:36 h.Jaime Capellá Bouza (Sarria, 1989) se marchó en el verano de 2020 a emprender una nueva etapa en Liaoning Flying Leopards, en China, después de más de tres años en el Breogán, con el que consiguió un ascenso a ACB. En China suma tres temporadas, donde ha ganado ya dos Ligas. Además, trabajó previamente en el Azkar Lugo FS y en el Ensino Lugo. También tiene su propia empresa digital.
—¿Cómo está siendo la experiencia en China?
La experiencia a nivel personal es brutal. Se la recomiendo a todo el mundo, ya no solo en baloncesto, sino a nivel de vida. Es muy importante que alguna vez se trabaje en el extranjero, fuera de la zona de confort. Ya quitando lo económico, es ya también a nivel personal. A mí me ha cambiado la personalidad, la forma de relacionarme. Eso te hace mejor persona. Y luego a nivel económico obviamente en mi caso es muchísimo más que lo que es España. Yo me diferenciO de otros en que soy preparador físico y fisioterapeuta. La clave es que he sido capaz de mantener las dos carreras activas o vivas durante toda mi carrera profesional haciendo formaciones siempre. En China mi contrato es de preparador físico, solo que hay dos o tres jugadores que recurrentemente me dan un extra cada mes y les hago fisioterapia a ellos de manera privada. Son jugadores americanos y alguno de la selección china que han probado la fisioterapia europea y han dicho que es lo que les gusta.
—¿En qué nivel están sus dos profesiones en China?
—Les queda mucho camino por recorrer. En España somos muy buenos. Eso es un punto importante. Sobre todo a nivel deportivo. Somos de los mejores del mundo sin duda alguna. Y lo ves cuando sales fuera. En España tenemos la lacra o la contra de que estamos muy mal pagados. Si quieres hacer dinero y crecer a nivel personal y profesional, por lo menos temporalmente para volver algún día a España y hacer una apuesta, tienes que irte fuera. No hay otra. Si quieres ganar dinero para que te cambie la vida tienes que irte fuera.
—¿En qué momento está el baloncesto en China?
—China me ha supuesto una mejora muy grande. Siempre digo que en China gano tiempo de vida, gano años de vida. Lo que aquí ganaba en un año allí lo gano en poco tiempo. Hemos ganado dos Ligas, las dos últimas, y en mi primer año la perdimos en la prórroga del último partido. Y fui a un equipo importante, a un Real Madrid de China. El club está muy bien organizado. Y tengo buenos jugadores. Tenemos buenos americanos, tres o cuatro jugadores de la selección china. Solo se puede tener un americano en pista, un no chino en pista. Hay que jugar con cuatro chinos en pista en todo momento. Ellos quieren proteger al jugador nacional, que jueguen muchos minutos. Es baloncesto FIBA, pero a 48 minutos. El perfil de americano es de anotador, de killer. Están Askia Booker, Sylven Landesberg y Kyle Wiltjer. El nivel de los entrenadores está mejorando, pero sigue habiendo mucha vieja escuela, mucha influencia balcánica. Los serbios no tienen que pedir pasaporte para ir a China. Si fallas tiros tienes que entrenar más tiros, no la mecánica de tiro ni la selección de tiro. En China se entrena muchísimas horas. Todo es a base de repeticiones.
—¿En qué medida le cambió la personalidad y la manera de relacionarse?
—Lo primero, el idioma. Mis jugadores casi ninguno habla inglés. En el equipo hay un traductor. Yo no puedo hablar con el entrenador. Ahora el entrenador vino a todo el play-off ACB durante un mes pagado por el club.
—¿Da lugar a malentendidos?
—Sí, hay que aprender a ser muy claro, conciso, escueto. Los chinos no le dan vueltas a las conversaciones. Dicen "sí por esto" o "no por esto". Los chinos quieren todo ya y directo. Es un país en el que casi no puedes hablar con nadie por la calle. Mi ciudad está menos internacionalizada. Y ahora me defiendo un poco en chino. Entiendo bastante para hacer vida diaria, pero no para mantener una conversación. Dar la cara en un trabajo en el extranjero te cambia la vida.
—¿Cómo surge la opción de China?
—Gracias a una relación con Juan Trapero, preparador físico del Real Madrid, y Chus Mateo. Tengo una buena relación con ellos.
—¿De dónde surge?
—Del año ACB casi todo con Juan. Me echó una mano ese año que subimos. Yo era novato. Yo le pedí ayuda. Me ayudó bastante. En la pandemia yo creo "Assessports", una empresa on-line, y contacto con Juan y otros entrenadores. Desde ahí hablamos mucho más, se involucró bastante. Y mi agente chino tiene muy buena relación con Chus Mateo. Le pidió un preparador físico a Chus para llevarse a Liaoning. Chus pensó en mí, me sugirió, confió en mí y dio la cara por mí. Y no es fácil porque cuando estás a estos niveles es mucho dinero el que hay por medio. Siempre estaré agradecido a ellos porque vieron algo en mí. Yo no pondría a cualquiera, tengo mucho cuidado en eso.
—¿Qué destacaría de Juan Trapero y Chus Mateo?
—Chus es un buen entrenador y es buena persona además. Juan tiene muchos años de experiencia, sabe manejar cualquier situación venga en contra o venga de cara.
—¿Cómo valora esta temporada pasada de Chus Mateo en el Real Madrid?
—La temporada de Chus en el Madrid ha sido muy buena. Nadie esperaba que hubiese ganado la Euroliga y, sobre todo, cuando estuvo bajo mucha presión. Juan es un referente de la preparación física en España. Ha ganado todo, tiene una cercanía brutal y es digno de admirar. Lo tiene todo a nivel profesional y sigue ayudando al que empieza en esto. Eso no lo hace mucha gente. Y Chus es del estilo.
—Otra persona muy relevante en sus inicios en China es Alejandro Martínez Plasencia, ex primer entrenador de Canarias y Betis, entre otros.
—Tengo que darle las gracias. Él me ayudó a aterrizar, como yo este año con Hugo López. Es muy importante una persona que te ayude cuando vas solo para poder aterrizar. El impacto de cultura es brutal, brutal. Allí no hay "cash" para pagar, es todo con aplicaciones. Tienes que tener una VPN para poder hablar con tu familia. Alejandro me ayudó mucho. Es una persona increíble, tiene mucha experiencia.
—¿Contempla volver a España a corto plazo?
—A corto plazo no me veo en España. Me refiero a dos, tres o cuatro años. Sí que obviamente todos los que nos marchamos pensamos en volver. Ahorrar dinero, invertir, comprar una casa y con vistas a volver a España porque creo que como en España no se vive en ningún lugar. Y eso que tú sabes que he ido de mochilero yo solo por toda Asia. Ahora priorizo mejorar a nivel personal y a nivel económico. Intento juntar una cantidad de dinero que es mi objetivo para volver. Es una cantidad que a lo mejor en toda mi carrera en España no hubiera llegado. Gano tiempo. En España pagan 1500 o 2000 euros en ACB, que es una vergüenza.
—¿Cómo recuerda su etapa en Azkar Lugo FS 2014-2015?
—Fue un año muy duro, sobre todo porque no cobramos ni un solo mes. Era un deporte que no conocía tanto. Pero siempre fui echado hacia delante. No nos pagaron nada ni lo llegamos a cobrar nunca.
—¿No cobró nada?
—Un 20 %. Más los viajes desde Sarria, comidas, etcétera. Por tanto, yo ese año perdí dinero. Pero aprendes. A nivel profesional, los chavales, la mayoría eran de Lugo, salvo Mimi y Pedraza. Mimi se fue en navidad porque no cobraba. Tengo una excelente amistad con los hermanos Diz. También cogí experiencia, me vino bien. Con Suso Rey hice una relación excelente.
—Después ficha por el Ensino.
—Estuve de preparador físico y de fisio. El salario no estaba mal, pero hacía un dos por uno casi. Me sirvió de mucho y me trataron muy bien en el Ensino. El baloncesto femenino es lo que es en cuanto a atención mediática y condiciones laborales. Si quieres realmente crecer profesionalmente y ganar dinero en algún momento tienes que cambiarte al masculino. Es así. Yo soy ambicioso, lo tenía muy claro y me llegó la oportunidad de ir al Breogán. Fue una temporada y media excelente en el Ensino, muy buena.
—¿A quién destaca de su etapa en Ensino?
—Cata Pollini. Siempre está ahí. Es el alma del club. Me ayudó mucho. Con Juan (Nécega) tengo una buena amistad, una relación personal muy buena. Haces una amistad para toda la vida. A Juan lo admiraré toda la vida.
—¿Cómo vivió la temporada del ascenso del Breogán en 2018? ¿Cómo era ese grupo humano?
—Natxo (Lezkano) es muy exigente, pero llevaba muy bien al equipo. A mí siempre me trató de forma excelente. Ese año fue muy bueno. Era un equipazo. A nivel de plantilla, era brutal. Ese año arrasamos. Salvo algún momento puntual, vas a los partidos tranquilo cuando el equipo va bien. Pasa un poco en China. Vas despreocupado porque sabes que vas a ganar. No es arrogancia, sino es seguridad y confianza en el equipo. Por cómo ha ido la semana, por la dinámica y por ese sentimiento que tienes siento en China que no estoy preocupado. Es en un 95 % de los partidos. También la tuve el año del ascenso. El equipo jugaba muy bien y los jugadores eran súper competitivos. Disfruté muchísimo ese año.
—¿Cómo es Natxo Lezkano?
—Es súper exigente. Es un tipo súper honesto y muy competitivo. A veces te lleva al límite, pero es parte de su trabajo. Vive de los resultados. Entiendo que tenga esa postura. Si quieres aspirar a grandes cosas tienes que ir al límite siempre. Me ayudó bastante.
—¿Cómo vivió la temporada de ACB?
—Fue muy dura. Eso está claro. La plantilla era lo que era. Pagamos en parte la novatada. Quizás nos faltó suerte cuando la necesitamos. Hubo muchas lesiones. No es justo culpar al preparador físico siempre, darle el 100 % de la responsabilidad cuando tienes el 10 %.
—¿Se sintió culpado?
—Yo estoy muy tranquilo, pero obviamente no hay que ser muy listos para saber que todo el mundo ha criticado al preparador físico, al fisio de aquella temporada. Nunca entré al trapo de redes sociales, no me gustó nunca.
—¿Qué cree que faltó?
—Pagamos la novatada. Y hubo fichajes que a lo mejor no eran los esperados. Fuimos novatos todos.
—También trabaja con Diego Epifanio en la temporada inconclusa de la pandemia.
—Fue un año raro. Hubo muchos cambios en la plantilla, jugadores que eran nuevos en la liga. No competimos a lo mejor todo lo que deberíamos. Estábamos mejorando un poco cuando llegó la pandemia. Con Epi muy bien, me respetó mucho y es excelente a nivel personal.
—¿A qué jugadores destacaría a nivel actitudinal de toda su etapa?
—El número uno es Salva Arco, sin duda. Qué voy a decir de Salva. Salva ha sido un profesional como la copa de un pino, el primero en llegar y el último en irse. Excelente a nivel personal y a nivel de entrenamiento. Salva ha arriesgado su integridad física poniendo al equipo por delante. Y lo digo yo que he estado con él en primera línea. Tiene mi respeto para toda la vida. Es un ejemplo. Tengo muy buena relación con Sergi y con Erik Quintela. Son dos chavales humildes. La gente dice que igual tuvieron mucha suerte. ¡Suerte hostias! Con Sergi y Erik llevo un mes trabajando todos los días. Me lo pidieron desde el día uno. A la pretemporada se llega como un puto avión, que revientes al que esté en tu puesto desde el día uno. Y Seydou (Aboubacar) también está todos los días entrenando. Hay jugadores que me llegaron el año de ACB que habían ido a andar en bici. Andar en bici está muy bien cuando estás retirado o un día que quieras descansar. También estoy trabajando con Roope (Ahonen) a distancia y con Sule (Emir Sulejmanovic). Ahí está el punto diferencial con otros.