Pedersen triunfa en la jornada previa al mítico Puy de Dôme

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CHRISTOPHE PETIT TESSON | EFE

Tras los sucesos de los Pirineos, Vingegaard y Pogacar se retan en la montaña del duelo mítico entre Anquetil y Poulidor en 1964.

08 jul 2023 . Actualizado a las 19:32 h.

El danés Mads Pedersen (Lidl Trek) evitó el póker de Jasper Philipsen con un poderoso esprint que le permitió imponerse en la octava etapa, disputada entre Libourne y Limoges, de 200,7 km, en la que mantuvo el liderato Jonas Vingegaard.

Pedersen cortó el paso de Philipsen en una llegada muy disputada en la que el ciclista, de 27 años, desplegó su potencial para lograr su segundo triunfo en un Tour por delante del belga y de Wout Van Aert.

No estuvo en la pelea Mark Cavendish, en esos momentos camino del hospital para comprobar los daños de una frustrante caída que sepultó sus ilusiones de récord.

Los favoritos llegaron juntos, con Pogacar implicado en el esprint décimo en meta. Vingegaard mantuvo el jersey amarillo la víspera del Puy de Dôme con 25 segundos sobre el esloveno y 1.34 minutos respecto al australiano Jai Hindley. El español Carlos Rodríguez avanzó a la cuarta plaza por la pérdida de 47 segundos de Simon Yates, implicado en una caída con Mikel Landa.

Regreso al Puy de Dôme

El territorio de los campeones. Después de un paso memorable por los Pirineos, Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar se retan este domingo en el Puy de Dôme, la montaña del mítico hombro con hombro entre Jacques Anquetil y Raymond Poulidor en el Tour de 1964. ¿Se repetirá la foto? Vuelve el Tour al Puy de Dôme después de 35 años y, por supuesto, se da de bruces con su historia.

Vingegaard y Pogacar se van a encontrar con un puerto tremendo, un volcán de categoría especial con sus 13,3 kilómetros de subida al 7,7 % de media, con cuatro últimos kilómetros terroríficos por encima del 11,5%. Pero, sobre todo, se van a enfrentar a la leyenda del Puy de Dôme.

La foto de Anquetil y Poulidor chocando en 1964 es historia del ciclismo. Una lucha personal, sin nadie más, solos ante la dureza inverosímil de la montaña. La foto simboliza la esencia del ciclismo, la rivalidad y la importancia decisiva de la imaginación en la construcción de su leyenda.