El club celebró su centenario en un acto reducido en donde Carlos Mouriño calificó a la entidad de «elemento aglutinador» en Galicia, augurando una transformación total de la mano de GS 360
24 ago 2023 . Actualizado a las 08:09 h.El Celta cumplió su primer siglo de vida. Lo hizo en un acto reducido, con tarta gigante, bajo un sol abrasador en Mos y mirando al futuro. Carlos Mouriño, el presidente más longevo, no quiso glosar el pasado, pero sí dibujar el futuro con el proyecto Galicia Sports 360 en el horizonte. Y en su corta alocución dejó claro que el conjunto vigués nació con los colores y los valores de Galicia y a ellos ha dedicado su existencia.
«No me atrevo a intentar glosar los 100 años de historia», comenzó diciendo el presidente del centenario, que buscó una definición poética para definir al equipo del cumpleaños. «Somos el nexo de unión, el elemento que aglutina una tierra tan rica que en ello todo florece. El Celta sabe a mar, a bosque, aldea y a ciudad, huele a toxo y a carballo, a sal y a pescado. Es un equipo con los colores y los valores de Galicia», dijo Mouriño ante un auditorio en donde se dieron cita los socios número 1 y 2 y el más joven, un bebé (María) de menos de un mes y que lo pasó fatal por el calor en brazos de su padre.
Entre el público estaban el presidente del Sevilla, Pepe Castro; los conselleiros de Medio Rural (José González) y Sanidade (García Comesaña); el secretario xeral para o deporte y un buen número de alcaldes de la comarca —aunque no el de Vigo— y el presidente del COE, el ourensano Alejandro Blanco. De las viejas glorias solo se dieron cita Manolo, que no subió al palco, y Santi Castro, Gudelj y Atilano, los tres trabajadores del club en la actualidad. Tampoco había ningún expresidente.
La presentación deportiva también fue reducida. Los capitanes del filial, con el entrenador Claudio Giráldez a la cabeza, los más pequeños del fútbol base, una representación del Celta Integra y los canteranos de la primera plantilla, Gabri Veiga incluido, más los capitanes Iago Aspas y Kevin, que oficiaron de transportadores de la tarta gigante con la que culminó un acto en donde el futuro se llevó una buena parte del protagonismo. «La pasión será la misma, será el mismo Celta de hace 100 años, será un club de Vigo para todos los gallegos», dijo el presidente en clave sentimental.
Pero si algo ha tenido su gestión a lo largo de las tres últimos lustros es pragmatismo, por eso quiso dejar constancia de que la «semilla de un ilusionante proyecto que cambiará para siempre el club» ya está puesta en Mos en clara referencia al Galicia Sports 360, «un proyecto en marcha que nos situará en el mapa de la industria del deporte en Europa».
Eso sí, sin olvidarse de «una importante masa social» que no pudo estar en el acto en su inmensa mayoría, «un valioso patrimonio propio», escenificado por la sede de la rúa Príncipe y con unas cuentas de lo más saneadas y por el aval deportivo de 12 temporadas en Primera. Rafa Benítez, que estuvo acompañado por Luís Campos en todo momento, tiene ahora la responsabilidad de dilatar todo posible una conquista que para el Celta es histórica. Mañana, ante el Real Madrid, jugará su primer partido como club centenario de Primera División. Algo al alcance de muy pocos.