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Osasuna demostró su firmeza en una apuesta y el Celta quiere transitar por el mismo camino con Benítez
01 oct 2023 . Actualizado a las 23:34 h.«Si nos hundimos, nos hundimos todos. Y si no, llegaremos todos a puerto». La frase la firmó Braulio Vázquez con el Osasuna recién retornado a Primera División y con una racha de diez partidos sin ganar. Fue su respuesta del director deportivo a la confianza que el club navarro tenía depositada en Jagoba Arrasate, cuestionado. Aquel órdago tuvo final feliz y los inquilinos de El Sadar comenzaron a escribir la mejor página de su historia, con una final de Copa del Rey y un billete para Europa que no pudieron concretar en el play off de la Conference League.
El Osasuna, con unos valores como institución fuera de toda duda, fue fiel a sus principios y acertó. Por desgracia, la mayoría de los clubes deportivos reniegan de sus proyectos cuando aparecen las primeras curvas. El Celta, como recordó ayer Benítez y confirma la historia, ha tenido una inestabilidad en el banquillo que de poco le sirvió. Año tras año, desde hace más de una década, cumple el objetivo de la permanencia, pero desde los tiempos de Berizzo, nada volvió a ser igual.
Aquellos proyectos fueron efímeros, de usar y tirar para salvar los momentos delicados. Ahora, los tiros parecen ir por la senda del Osasuna. Los vigueses hicieron una apuesta por un entrenador como Rafa Benítez y le firmaron tres años, asumiendo que la palabra nervios no tenía cabida en el diccionario de esta temporada. Como en Pamplona en su día, en Vigo parecen tener asumido que el barco se va a las rocas o sale a flote con el mismo capitán. Una teoría redonda sobre el papel que sería mejor no confirmar en la práctica.
La idea no debería ser de un club en exclusiva, pero el deporte se ha empapado de los reclamos de una sociedad que pide todo para ayer y no deja tiempo para que las apuestas puedan coger poso. En el deporte, aunque estén en juego muchas cosas, también se necesita una pausa, porque hacer cambios no garantizan nada. Por eso Braulio no cambió de capitán.