Anxo Rodríguez y Alejandro González, árbitros menores: «Que puedas parar un partido por insultos es una gran ayuda»

DEPORTES

Anxo Rodríguez Iglesias (i.) y Alejandro González Obelleiro (d.), en Vigo.
Anxo Rodríguez Iglesias (i.) y Alejandro González Obelleiro (d.), en Vigo.

Entraron en la delegación de Vigo por recomendación familiar y ven el arbitraje como ocio más que como salida profesional

18 may 2024 . Actualizado a las 11:16 h.

Anxo Rodríguez Iglesias (Vigo, 2006) arbitra en Segunda Regional y estudia segundo de Bachillerato. Alejandro González Obelleiro (Vigo, 2008) está en cuarto de la ESO. Pita en fútbol base, hasta Primera Galicia de cadetes.

Pregunta. ¿A qué edad empezaron a arbitrar y por qué quisieron ser árbitros?

Anxo Rodríguez. Empecé con 15 años, cuando jugaba en el Valladares, y fue mi madre la que me animó a hacer los cursos. De pequeño era muy estricto con las normas. No hay ningún árbitro en mi familia y, cuando empecé, no sabía que se ganaba dinero.

Alejandro González: Yo también me apunté con 15 años y fue mi padre, que es muy futbolero, el que me animó. Yo no jugaba y encontré en el arbitraje la forma de estar en contacto con el deporte. Mi tío y mis primos también arbitraron.

P. ¿Cuál sería su mejor virtud como árbitro y en qué les gustaría mejorar?

A.R. Soy dialogante, creo que tengo mano para llevar los partidos. Y diría que físicamente puedo mejorar mucho.

A.G. A mí me gustaría mejorar la concentración. A veces me quedo unos segundos pensando en una jugada, y en el fútbol va todo muy rápido. Lo bueno que tengo es que estoy dispuesto a aprender de mis errores.

P. ¿Cuál fue su peor momento en el arbitraje?

A.R. Un partido en el que saqué cinco tarjetas rojas. Los equipos no se fueron contentos y yo tampoco. No me quedó buen cuerpo.

A.G. Fue en un partido de juveniles en el que fui de asistente. La grada no me dejó en paz. Yo lo que pasa en el campo lo controlo bien, pero cuando es el público el que te está insultando y amenazando me cuesta más.

P. ¿Qué les parece el protocolo que permite a los árbitros detener el juego en el caso de recibir insultos? ¿Lo han aplicado?

A.G. La herramienta me parece perfecta. Normalmente, es una oveja negra la que te insulta, no un grupo de personas. Que puedas parar un partido por insultos es una gran ayuda, aunque yo todavía no lo he hecho.

A.R. Sí que lo es. Yo lo paré una vez para aplicar el primer paso, el de avisar al delegado para que tome medidas. Fue en un partido de niños pequeños, con un padre que no paraba de insultar. Cuando le advirtieron, se marchó del campo y pudimos continuar.

P. ¿Cuál el momento más grato que han vivido en el arbitraje?

A.R. Mi primera designación como asistente de Tercera Federación para arbitrar esta temporada un Arousa-Bergantiños, y cuando vi el documento con los ascensos de categoría y estaba en él.

A.G. Un día que estaba pitando fútbol 8 y el árbitro con el que iba luego de asistente se acercó a mí y me dio varios consejos para mejorar. El colectivo es lo mejor. Siempre te ayudan.

P. ¿Qué árbitros les han servido como referencia?

A.G. Me fijo mucho en Extremadura Hernández. Es el faro de referencia en nuestra delegación.

A.R. El que más me gustó es Del Cerro Grande.

P. ¿Contemplan el arbitraje como ocio o como una futura oportunidad profesional?

A.G. Yo no siento que tenga el nivel para llegar tan alto. Las ganas, sí, pero el potencial no creo. Me encanta como ocio y voy a intentar mejorar siempre.

A.R. Los árbitros que pueden llegar al fútbol profesional, que es el que te puede permitir vivir de esto, son muy contados. Hay cuarenta entre Primera y Segunda División. Para mí es una afición y lo va a ser durante mucho tiempo.