Thibaut Courtois, el guardián inhumano que no falla

ANTÍA S. AGUADO REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Carl Recine | REUTERS

El belga, espectacular bajo palos, salvó a su equipo y frenó a un Dortmund que salió con una intensidad alta y mucha personalidad

02 jun 2024 . Actualizado a las 00:01 h.

Ya lo dijo Carlo Ancelotti en la previa de la final de Champions. Y él, de esto, sabe mucho. «Courtois es el mejor guardameta del mundo». Así lo refrendó el belga bajo palos anoche en Wembley. El portero fue, sin lugar a dudas, el hombre que mantuvo en pie de guerra al Real Madrid durante unos primeros 45 minutos apabullantes del Dortmund. Los alemanes, excelentes en el trabajo sin balón y cerrando perfectamente los pasillos interiores, saltaron al terreno de juego con mucha personalidad e intensidad. Acertados en las combinaciones, firmaron 1.82 goles esperados en la primera mitad. Ni Adeyemi, ni Füllkrug, ni Sabitzer pudieron batir al guardián blanco. A ese que nunca falla.

Courtois se hizo gigante ante el extremo alemán en un mano a mano milimétrico, forzando al rival a escorarse en exceso y, por ende, perdiendo su oportunidad de anotar el primer gol. El siguiente aliado fue el palo, que salvó tanto a Thibaut como al Madrid. El poste le arrebató la alegría del gol a Füllkrug, que fue un completo incordio para la defensa blanca en los primeros compases. Se lució ante Sabitzer, enviando a córner un disparo complicado tras un bote traicionero. Una más para la colección. Una más para enmarcar.

Sufriendo, sin dominar el juego, pero encomendándose, una vez más a Courtois, el Madrid comenzó la segunda mitad tal cual se marchó a vestuarios: con el belga con el modo muro activado. Fue él quien tuvo que salir de nuevo al rescate, despejando de puños un testarazo de Füllkrug a gran potencia. El equipo de Terzic, que se fue desinflando, perdió presencia en el área blanca por culpa de su desgaste.

Courtois, con permiso de Kroos, salió de Wembley como héroe gracias a una actuación estratosférica. Un salvador que debutaba en esta edición de la Champions. Ni el calvario de dos lesiones de rodilla, ni los meses en rehabilitación —en los cuales recurrió a la ayuda de la realidad virtual— alteraron su nivel futbolístico. Volvió al terreno de juego el pasado 4 de mayo, ante el Cádiz y, desde entonces, ha dejado la portería a cero en todos los partidos que ha disputado (Granada, Alavés, Betis y, ayer, Dortmund).

El buen rendimiento de Lunin, alejado de la final por una gripe, y los nueve meses de lesión generaron un clima de dudas sobre la titularidad de Courtois. Pero ayer, especialmente inspirado, mantuvo vivo al Real Madrid cuando estuvo contra las cuerdas con paradas escandalosas y una retahíla de manos magistrales para la colección. No fue el día de su consagración, no. Hace ya tiempo que ha demostrado su talento. Inhumana final.