Las claves de una España que ha enamorado

JAVIER ORTIZ DE LAZCANO COLPISA

DEPORTES

J.J. Guillén | EFE

Se ha abandonado el tiqui-taca por un juego más vertiginoso por las bandas y De la Fuente ha montado un grupo donde nadie es más que nadie y sin mensajes estridentes como en la era Luis Enrique

15 jul 2024 . Actualizado a las 10:35 h.

Si hay una selección que ha sorprendido en esta Eurocopa ha sido la española, un equipo al que nadie recibió con la condición de favorito, pero que se va de Alemania como un grupo que ha enamorado con un juego aplaudido por todos. El fútbol nacional es muy destructivo en ocasiones con su equipo representativo, pero el torneo deja el convencimiento de que volverá a vivir otra época dorada. No hay nadie que pueda poner un reproche a un combinado magistralmente dirigido por Luis de la Fuente que ha impresionado al mundo y que ha vuelto a generar una tremenda ilusión entre los aficionados españoles.

Estas son las claves del éxito de un grupo sobre el que han caído con total merecimiento toneladas de halagos:

1. Inteligencia de De la Fuente para dejar atrás un tiqui-taca que había quedado desfasado. El tiqui-taca era la seña de identidad de España, obsesionada en seguir por un camino que en el Mundial de Catar demostró haber quedado desfasado. La selección cayó ante Marruecos con apenas un disparo entre los tres palos pese al 77% de posesión. Una de las aportaciones más inteligentes del seleccionador ha sido dar un golpe de timón al sistema. De ser el equipo que más manoseaba la pelota, España ha pasado en Alemania a ser el mejor ejemplo del juego vertiginoso, presión alta y fútbol por las bandas. El seleccionador tenía claro que era el único camino para recuperar el éxito. Así ha sido..

2. La apuesta del técnico por la concordia en el vestuario y ante los periodistas .El torneo ha cambiado el destino de Luis de la Fuente, quien ha demostrado que un entrenador no necesita reclamar el poder absoluto de un emperador romano para que las cosas vayan bien. El riojano llegó tras la tormentosa etapa de Luis Enrique y ha tenido claro desde el principio que hay que apostar por la concordia y la normalidad. No va con un lanzallamas a las salas de prensa y permite con naturalidad a sus jugadores hablar de su futuro o cerrar incluso acuerdos con otros equipos como hicieron Joselu y Nacho, aunque eso suponga abandonar la concentración como sucedió con el segundo.

3. Los jugadores no se ven a sí mismos como un equipo sino como una «familia». De la Fuente llegó contra las cuerdas a su tercer partido como seleccionador en Georgia. Ganó 1-7, pero sobre todo allí nació lo que todos llaman «la familia» porque se impuso desde ese momento que el grupo estaba por encima de las individualidades. Todo lo contrario. Futbolistas que eran titulares no hace tanto como Merino y Dani Olmo (recuperó su puesto en el once por la lesión de Pedri) han lanzado constantes mensajes en los que dicen no poner ninguna pega a su papel. Así se explica que no haya ningún jugador díscolo que se haya quejado por no tener minutos y que las manifestaciones de apoyo de unos a otros sean una constante. En esta tarea el papel de Álvaro Morata, primer capitán, ha sido clave. Su detalle con Navas de cederle la palabra por su próxima retirada en la rueda de prensa previa a la final dice mucho del madrileño.

4. Un equipo con entereza para ganar de todas la maneras y superar las adversidades. España ha ganado de todas las maneras en el torneo. Lo ha hecho cuando ha sido superior al rival y también cuando se ha visto apurada como sucedió en los partidos ante Alemania (empató en el minuto 90) o Francia (se puso por delante). Y ante los primeros incluso con cambios discutibles como fue la sustitución de Lamine Yamal y Nico Williams. La clave de todo está en la enorme fortaleza mental de un equipo que cree en lo que hace por muchas situaciones adversas que se encuentre. 5. El talento de Rodri, el mejor mediocentro del mundo, ha guiado a la selección Nadie discute que Rodri es el mejor mediocentro del mundo. El único debate con su rango es si debe llevarse o no el Balón de Oro. El madrileño, una persona retraída fuera del campo y que esquiva las entrevistas, ha sido el cerebro. Es el metrónomo de La Roja. No solo mantiene con su calma perpetua a raya a los centrocampistas rivales, sino que además es capaz de empujar con pasos enérgicos a sus compañeros de línea. El lesionado Pedri, Dani Olmo y Fabián han sido unos escuderos magníficos de una zona del campo que siempre se ha impuesto a sus rivales.

6. Dos extremos que fascinan al mundo y han cambiado la cara del juego. España ha cambiado en muchos aspectos, pero uno de los principales el que el centro de interés de su juego se ha trasladado de los jugadores que tocaban el balón a las dos balas que tiene De la Fuente en los extremos, los jóvenes Nico Williams y Lamine Yamal. Han sido los dos jugadores que más asombro han causado en el mundo y se llevan merecidamente el papel de grandes revelaciones del torneo. Son dos extremos audaces, sin miedo a nadie, y a los que su equipo busca constantemente. Su respuesta ha sido espectacular. A estos dos jóvenes que se llaman hermano uno a otro se ha agarrado De la Fuente para mutar la piel del juego de España. 7. Un equipo en el que todos aportan y en el que la segunda unidad ha sido clave para el éxito Una de las obsesiones de De la Fuente es que todos se sientan parte del grupo. No solo le gusta que sea así en el vestuario. También lo aplica en el campo. Jugadores que llegaron sin generar grandes expectativas como Laporte, Cucurella, Fabián, Mikel Merino o Dani Olmo han brillado bien desde la titularidad o saltando al campo desde la segunda unidad, como los dos últimos, claves con sus goles. Con el riojano, la palabra marginado ha desaparecido. El tercer portero, Remiro, es el único que no ha jugado.