Mikel Oyarzabal, el revulsivo silencioso

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FILIP SINGER | EFE

Demostró por qué Luis de la Fuente tiene una fe ciega en él al culminar una pared con Cucurella para darle el triunfo a la selección en Berlín

15 jul 2024 . Actualizado a las 10:02 h.

Fueron escasos centímetros los que paralizaron a España entera. Era el minuto 86, y la selección acababa de volver a ponerse por delante gracias a Mikel Oyarzabal. El delantero tardó en explotar en su celebración y en la mente de todos corría el mismo pensamiento: un posible fuera de juego. Pero era su momento de gloria. Era el momento de disfrutar después de tantos calvarios de lesiones.

El jugador, que volvió a entrar como revulsivo por Álvaro Morata, demostró por qué Luis de la Fuente tiene una fe ciega en él, resolviendo un partido peligrosamente encaminado a la prórroga. El delantero y Cucurella tiraron una pared, el lateral levantó levemente la cabeza y filtró un balón magnífico. Oyarzabal entró con todo atacando al palo largo y transformó la asistencia del futbolista del Chelsea para superar a Pickford. «Hice mi trabajo, he hecho lo que me tocaba en cada momento, intentando ayudar y he tenido la suerte de dar la victoria», afirmó a TVE todavía a pie de campo.

«Después de la lesión y de todo lo que ha pasado, este gol es una alegría inmensa. Estoy muy orgulloso de todos. Estar aquí, entre estos 26 jugadores, lo valoro mucho. Me ha tocado a mí, pero es cosa de todos. Llevamos 45 días aquí y esto es una familia, todo el mundo vale por igual y es increíble», expresó.

Buque insignia de la Real Sociedad, por fin pudo dar carpetazo a su calvario con las lesiones esta temporada —solo se perdió seis encuentros este año—. Su regularidad, sus goles y su buen juego le dieron al futbolista txuri-urdin un billete para disputar su segunda Eurocopa. En el curso 2021-2022 una rotura del ligamento cruzado le obligó a renunciar tanto al Mundial de Catar como la fase final de la Nations League.

Súper competitivo, a Oyarzabal no le gusta ni perder a las cartas ni al parchís. Llegó a Primera sin abandonar sus estudios de Administración de Empresas porque no sabía qué podría ser de él. Compaginó la carrera con el fútbol viviendo en un piso de estudiantes. Unos amigos de su cuadrilla de toda la vida, a la que sigue muy unida y es intocable. Al igual que su familia, lo que más ha echado de menos durante su estancia en Alemania. Una que culmina de forma soñada. Marcelino, Torres, Silva, Jordi Alba, Juan Mata y, ahora, Mikel Oyarzabal.