El sueño olímpico de México en el triatlón vuelve a forjarse en Lugo

DEPORTES

OSCAR CELA

Como en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, el equipo nacional azteca ultima en la capital amurallada su preparación para los Juegos de París

17 jul 2024 . Actualizado a las 12:04 h.

Alrededor de una treintena de personas componen la delegación del equipo nacional de triatlón de México concentrada en Lugo. Aquí vuelve a forjarse el sueño olímpico de los representantes aztecas, que hacen escala en la ciudad amurallada de camino a su gran desafío en los Juegos de París. La federación del país centroamericano ya había elegido la capital lucense para culminar su puesta a punto para Londres 2012 y Río de Janeiro 2016. «Lo hicieron por primera vez en el 2012 porque entonces estaba otro lucense, Javier Mon, al frente del plan de estrategia de alta competición. Como los Juegos eran en Londres, fue por el tema del clima», cuenta Carlos David Prieto (Lugo, 1972), entrenador de Javier Gómez Noya entre el 2013 y el 2022, director técnico del Centro Galego de Tecnificación Deportiva (CGTD) y ahora director de la sección de alto rendimiento de la Federación Mexicana de Triatlón.

En la residencia Micampus tiene su cuartel general la delegación azteca. Allí preparan de manera minuciosa cada jornada de trabajo. Tres entrenadores, dos fisios, el director técnico de la federación y personal del equipo de apoyo científico —de la expedición también forman parte atletas de las categorías júnior y sub-23, que buscan en España y Europa carreras de más nivel— están al servicio de los seis grandes protagonistas de la concentración, los que estarán en la cita olímpica parisina: Rosa Tapia, Lizeth Rueda, Mercedes Romero (reserva), Crisanto Grajales, Aram Peñaflor y Ricardo González (reserva). Para Grajales, campeón de los Juegos Panamericanos, las de París serán sus cuartas Olimpiadas, mientras que Lizeth Rueda ya fue olímpica en Londres 2012 pero en la disciplina de natación en aguas abiertas. Sus compañeros, por el contrario, vivirán en Francia su primera experiencia olímpica.

La delegación mexicana llegó a Lugo el pasado 20 de junio y el próximo día 25 de este mes harán las maletas con destino a la capital francesa. Algo más de un mes de concentración con duras jornadas de trabajo en el río Miño, en las zonas verdes de su riberas, en las pistas del estadio Gregorio Pérez Rivera, en la piscina de Frigsa y en las carreteras de salida y acceso a la ciudad. Apenas les queda tiempo de ocio y el poco que tienen, según cuenta Carlos David Prieto, lo invierten en «pasear, comer o tomar algo por el centro». «En anteriores concentraciones también se decidieron a hacer turismo por la provincia, principalmente por la costa. Están encantados aquí, por eso repiten», añade el entrenador lucense.

«Son muy disciplinados», destaca Carlos David Prieto, el lucense de la expedición

Avalado por su éxitos como entrenador de Javier Gómez Noya y por su trabajo al frente de la dirección técnica del Centro Galego de Tecnificación Deportiva, en Pontevedra, el lucense Carlos David Prieto se sumó al extenso equipo de trabajo de la Federación Mexicana de Triatlón tras los Juegos Olímpicos de Tokio, disputados en el 2021 —un año después de lo previsto por la pandemia del covid-19—. Se confiesa «muy a gusto» en su cargo. «Es un trabajo muy interesante poder ayudar al desarrollo del potencial de los atletas de este país», cuenta durante uno de los pocos momentos de asueto de los que disfruta estos días.

Según dice, si algo distingue a los deportistas del país azteca es su compromiso y sus ganas de mejorar. «Son muy disciplinados, pero no solo en el triatlón, sino en todo el deporte en general. Hay están los grandes logros conseguidos en maratón, marcha, ciclismo o saltos de trampolín, entre otros, que lo corroboran», señala Carlos David Prieto.

La ilusión de la delegación de México en París es infinita, pero sin negar las limitaciones. «Se van a dejar el alma, lo tengo muy claro, si bien hay que reconocer que, aunque la carrera se disputa en un día y puede pasar de todo, las posibilidades reales de conseguir una medalla no son demasiadas. Sería una sorpresa», confiesa el preparador lucense de la expedición, que repara en la experiencia de Crisanto Grajales, los resultados de Rosa Tapia, quien «está entre las diez mejores triatletas», destaca, y las condiciones y la sed de éxito de Aram Peñaflor.