Simone Biles, a por otro salto hacia la eternidad en los Juegos de París

Iván Díaz Rolle
IVÁN ROLLE REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

ANNA SZILAGYI | EFE

Tras aprender a lidiar con los fantasmas que la retiraron en Tokio, volverá a atreverse con un ejercicio nunca visto

27 jul 2024 . Actualizado a las 08:59 h.

«Habré hecho unos cien yurchenkos dobles carpados, y el primero me provocó lo mismo que el último: miedo. Es algo físico, pero también mental. En solo una fracción de segundo sé si será bueno o no. Casi siempre lo principal es no morirme». Incluso Simone Arianne Biles (Ohio, Columbus, Estados Unidos, 1997), la mujer que ha roto todos los techos de la gimnasia artística, siente pánico cada vez que debe replicar la excelencia que la convierte en una de las grandes figuras de los Juegos Olímpicos de París 2024. Debutará este domingo en las clasificatorias (11.40 horas).

«Si se te resbala la mano, te puedes quedar paralítica», analizó la tetracampeona en Río de Janeiro sobre su último gran salto en Simone Biles vuelve a volar, un documental estrenado recientemente en Netflix que analiza su retirada temporal por salud mental y su proceso de recuperación. Recientemente casada con el jugador de la NFL Jonathan Owens y cuidando su cabeza semanalmente con un psicólogo, Biles demostró en el Mundial de Amberes, el pasado octubre, que ha aprendido a convivir con sus fantasmas para seguir en la cima.

En la ciudad belga, la misma que la vio nacer como superestrella en la élite en el 2013, cuando aun lucía brackets y mirada adolescente a los 16 años, amplió un currículo que ya alcanza 37 medallas internacionales, siete de ellas olímpicas, y cinco movimientos con su nombre. En el salto del potro consiguió un yurchenko con doble giro hacia atrás, ahora llamado Biles II. En París no se conformará con replicarlo, sino que añadirá a su rutina un nuevo salto hacia la eternidad que también bautizaría, de conseguirlo. 

La Federación Internacional de Gimnasia confirmó que la estadounidense presentó un ejercicio original sobre las barras asimétricas para que lleve su nombre. Consistirá en una variación del Wilhelm Weiler, que Simon Biles ya ejecutó. «Será un círculo claro de cadera hacia adelante con un giro y medio (540 grados) para pararse de manos», detallan. Tras inventar dos movimientos en el suelo, uno en la barra fija y otro en el potro, las barras asimétricas serían el último aparato en el que Biles dejaría su sello en su probable último baile olímpico. 

«Y aún así, me levanto»

Casi unánimemente reconocida como la más grande en la historia de la gimnasia artística, liderará al equipo estadounidense en unos Juegos Olímpicos donde puede colgarse cinco medallas más para redondear una historia llena de batallas que trascienden al deporte.

Simone Biles y su hermana pasaron varios meses en un centro de acogida antes de ser adoptados por sus abuelos, junto a los que se criaron. Ataques racistas empañaron sus primeros triunfos y, justo antes de arrasar en Río de Janeiro, conoció la muerte de su tía. En el 2021 quebró mentalmente durante los Juegos de Tokio, en plena pandemia de coronavirus y en su primera competición sin su familia en las gradas. Los twisties —un trastorno psicológico habitual en la gimnasia que hace perder la orientación en el aire— la paralizaron durante casi dos años. También denunció los abusos sexuales del médico de la selección.

«Y aún así, me levanto», la frase que tatuó en su espalda, inspirada en un poema de Maya Angelou, es el mantra que ha guiado sus pasos desde entonces para recuperar habilidades y confianza y llegar a París con ganas de seguir haciendo historia. «Todo el mundo quiere ganarme, pero ahora mismo mi mayor rival sigo siendo yo», asegura.