La canoísta gallega desvela su antídoto contra el viento desfavorable en el lago francés para un barco con dos zurdas como la madrileña María Corbera y ella tras lograr con suficiencia el pase directo a semifinales
06 ago 2024 . Actualizado a las 19:04 h.Superadas en los últimos cien metros por sus acompañantes en el podio del Mundial 2023, las canadienses MacKenzie y Vincent, pero amarrando con holgura la segunda plaza de acceso directo a las semifinales del C2 500. La pontevedresa Antía Jácome y la madrileña María Corbera completaron su estreno en los Juegos de París, la primera edición olímpica juntas, la segunda para la gallega, tras su quinto puesto en el C1 200 de Tokio, con «sensaciones muy, muy buenas». Incluso a pesar del grito de Corbera a Antía en el 400 para que subiese la velocidad de paleo al sentir en el cogote el aliento de la canoa húngara, a la postre tercera en meta más de un segundo después que las españolas.
Jácome disipó cualquiera duda sobre su clasificación para semifinales: «Yo sabía que las húngaras no nos iban a poder pasar, porque nosotras también teníamos para subir». Y es que, lanza Antía: «tenemos mucho más por dar, y lo daremos», advierte. Una declaración de guerra que sustenta en sus lecturas dentro del agua, empezando por el hecho de haber paleado con viento ladeado de derecha, que debería resultar letal para una inusual pareja de zurdas como ellas. Y quizás así fuese de no ser por haber encontrado el antídoto perfecto.
Así, la pontevedresa desveló que en las últimas semanas Corbera y ella han trabajado a destajo en Mallorca, base de operaciones de Jácome desde principios del 2022, donde «todos los días hay este viento de lado, del lado que nos desfavorece. Es una ventaja el poder haber entrenado allí, porque hoy ni hemos sentido ese viento y hemos ido controlando muy bien la regata», cuenta la gallega. Un cúmulo de sensaciones inmejorables que Jácome acompaña con lo que ha escuchado en el lago olímpico: «Nos han dicho que somos las que llegamos más frescas por aquí».