Esta final de la Supercopa es, sin duda, el partido que mucha gente lleva tiempo esperando. Cierto que todavía el Real Madrid no está rodado y que varios de sus jugadores acaban de incorporarse al grupo, pero hay una expectación tremenda por ver a este equipo con Mbappé en sus filas.
Será un Madrid al que todavía se le pedirá que sea aún más ofensivo. Habrá que ver cómo reacciona Ancelotti, que, por costumbre, pese a tener equipos que atacan, no se encuentra a disgusto defendiendo. Ahora, con toda la artillería que tiene arriba no se le va a perdonar que no juegue la mayor parte de los partidos en campo rival, ahí dónde tiene jugadores para hacer daño. Mucho daño.
Pero tanta expectativa también genera cierta presión a los jugadores del Real Madrid, aunque tienen experiencia suficiente para que esta no merme el extraordinario fútbol que atesoran.
La pregunta, pues, es qué esperamos de este equipo. Calidad individual sabemos que hay de sobra, ahora, habrá que esperar a ver cómo se comportan esos jugadores de primer nivel todos juntos: posibles balones de oro, posibles pichichis... Mucha competitividad en un solo conjunto.
Para que el equipo funcione deben olvidarse de los egos. Los personalismos, fuera. Centrarse en el juego y en sacar el mayor rendimiento a un conjunto de ensueño. A ver si Ancelotti lo consigue. Hay potencial para marcar grandes diferencias con los rivales. Es que lo imagino y veo un equipo imparable. Con velocidad. Regate. Mires por donde lo mires, lo tiene todo. Por eso, el propio ataque debería servir para no tener que defender demasiado jugando, como comentaba, la mayor parte del tiempo en campo contrario.
Sobre el sistema y los hombres a emplear yo, más allá de la zaga, situaría a Valverde y Tchoaméni en el doble pivote y por delante Rodrigo y Vinicius en las bandas para que Bellingham y Mbappé tengan total libertad de movimiento. Creo que ahí puede estar la clave para que funcione a la perfección.
En cuanto al partido, más allá del Real Madrid, espero un Atalanta muy italiano que presente un encuentro ultradefensivo tratando de que su rival no se encuentre cómodo, algo que le veo difícil de lograr.