El club inglés paga la baja del mediocentro y sume a Guardiola en un momento convulso tras sufrir una pésima racha de tres derrotas seguidas
07 nov 2024 . Actualizado a las 15:39 h.Se acusaba hasta no hace mucho al mediocentro de no ser un jugador decisivo. La inteligencia estratégica de la posición no recibía premios individuales, en detrimento de quien anotaba los goles. En un juego en el que el físico cada vez tiene más relevancia, el pensar bien y rápido se antoja fundamental para que todo funcione y parezca sencillo. No parece coincidencia que en el lado oscuro que acecha al Manchester City de Pep Guardiola y en la crisis del Real Madrid que parece que nadie quiso ver venir tengan como protagonistas un asunto estratégico como el del medicentro. Las ausencias por lesión de Rodri Hernández, actual Balón de Oro, y la retirada de Toni Kroos, no hacen más que evidenciar en qué zona del campo está la madre del cordero. Dos tipos con el don de hacer jugar mejor a todos los demás y sus clubes añoran aunque estén disponibles el resto de efectivos.
Es fácil echar de menos a alguien cuando uno está solo, pero lo que es realmente complicado es cuando se echa de menos estando todos. Que el de Santpedor notaría la falta del madrileño era una cosa más o menos clara, partiendo de la base que el curso anterior los Citizens jugaron nueve partidos sin él y perdió cuatro, casi la mitad de ellos. Sin embargo, de los 50 en los que estuvo el español solo claudicó en uno, logrando 38 victorias. La ausencia del Balón de Oro, con rotura del ligamento de la rodilla derecho, la están pagando cara, y su regreso no es ni mucho menos inmediato.
A los jugadores, como a las personas de nuestro alrededor, hay que estimarlos cuando están y por las consecuencias que dejan cuando no están. Así podemos valorarlos de la mejor manera. Pasa con el anhelado Kroos y con el arquitecto del City, que vive por primera vez desde abril del 2018 tres derrotas consecutivas con Guardiola, que esta podría ser su última campaña, pues en 2025 acaba contrato como técnico del Etihad. Tras caer eliminado en la Copa de la Liga por el Tottenham, posiionarse segundo en la Premier tras perder ante el Bournemouth, y goleado por el Sporting de Portugal en la Liga de Campeones, el club inglés enciende las alarmas en un momento más que convulso para la entidad, que vio como la derrota ante el equipo de Andoni Iraola puso fin a una racha de 32 partidos invictos en la liga inglesa, mientras que el tropiezo contra el de Rúben Amorim acabó con un récord europeo de 26 encuentros sin perder en el Viejo Continente.
Haaland y el ausente Foden
Guardiola, que no encuentra soluciones parciales con Kovacic o Gündögan en el puesto del campeón español, reconoció que el equipo necesita una mejora urgente. «Es decepcionante porque ahora mismo estamos un poco en un momento oscuro. Todo parece ir por mal camino. Incluso cuando jugamos bien, no materializamos nuestras ocasiones y concedemos con demasiada facilidad», lamentó Bernardo Silva tras la última derrota. El Brighton otea en el horizonte de los celestes, un millonario equipo acostumbrado a ganar.
Más allá de los números, en los que evidentemente hay margen de mejora para los de Guardiola, que no han visto caer a su equipo nunca cuatro veces seguida en los últimos nueve años, la entidad de los petrodólares ve cómo aumenta en exceso la dependencia que tiene con su goleador Erling Haaland y la floja temporada de Phil Foden, el MVP de la Premier League la temporada pasada. Y es que de los 31 goles que el equipo lleva entre la liga de su país y la competición europea, 14 son del atacante noruego. Las bajas de Jeremy Doku, Kevin De Bruyne o Jack Grealish incrementan esta dependencia hacia los tantos del ariete 'vikingo'.