Dany Domingos, la goleadora más veterana de la selección española: «Me chifla que tengan miedo cuando me ven»
DEPORTES
La capitana del Pescados Rubén Burela irradia pasión por el fútbol sala a los 40 y trabaja día a día para ganarse «el premio» de estar dentro de un año en el primer Mundial femenino
25 nov 2024 . Actualizado a las 14:06 h.La insaciable pívot Daniela Domingos Lopes, Dany (São Paulo, 1984), nació en Brasil, pero ya es una burelense más. Vistió la camiseta del Burela Pescados Rubén por primera vez en el 2012, ganó un doblete y regresó en el 2015 para capitanear a las coleccionistas de títulos. Ahora es una habitual de la selección española con la que ganó dos Eurocopas, sueña jugar el primer Mundial femenino dentro de un año en Filipinas y se convirtió en su goleadora más veterana en un duelo reciente ante Argentina.
—¿Qué significa ese registro?
—Que mi trabajo ayuda a las que vienen por detrás, que soy una referencia. Eso es lo que quiero, que los goles sirvan de algo, no me importa marcar si mi equipo no consigue resultados. En esta selección me acogieron muy bien y eso me motiva para devolverle parte de lo que me ha dado.
—¿Se ve en el Mundial a los 41?
—Me gusta trabajar día a día, como toda mi vida. Si puedo ir al Mundial, va a ser un premio.
—Brasil la llamó en el 2021 para un partido que finalmente no se jugó. ¿Fue difícil decantarse por España?
—Soy muy creyente y creo que las cosas sucedieron así porque fue lo que Dios quiso para mí. Si hubiese jugado aquel amistoso, no habría aceptado la llamada de España porque, por mis principios, no creo correcto abrir una puerta si ya hay otra abierta, pero se suspendió por la pandemia. España es un país al que debo mucho y cuando me llamó fue una gran oportunidad y una felicidad.
—Su huella ya queda ahí.
—Hay jugadoras que vienen detrás trabajando duro, como Peque, que tiene casi 38 años. Mi registro también deja un reto para que vengan otras, lo superen y sea en beneficio de la selección. No me acuerdo de muchos goles míos, pero sí me acuerdo cuando marco o asisto y vale un título, eso es lo más importante.
—¿Cómo empezó a jugar?
—Ahora los niños y las niñas tienen zapatillas, sus padres pueden llevarlos a entrenar. Yo viví una cosa muy distinta. Jugaba por amor, por pasión, pero nunca pensé que iba a ser una jugadora. Tenía que pasarme horas en autobuses, pagar dinero, pero no entendía otra forma de vivir que jugar al fútbol sala. Igual que ahora. Mucha culpa es de Julio Delgado y el resto del cuerpo técnico del Burela y la selección, que me exigen, me hacen sentir importante y disfrutar con 40 años.
«Ahora los niños y las niñas tienen zapatillas, sus padres pueden llevarlos a entrenar. Yo viví una cosa muy distinta. Jugaba por amor, por pasión, pero nunca pensé que iba a ser una jugadora»
—¿Qué es lo más importante para ser una buena pívot? ¿La cabeza, el físico o la técnica?
—Ahora todo es más difícil porque las jugadoras son mejores técnica y físicamente, por eso creo que lo principal es aprovechar cada entrenamiento, no dejar de aprender nunca. Me fijo mucho en las otras jugadoras, con Julio cada día aprendo una cosa nueva, voy al gimnasio, cuido el sueño, la alimentación... No vas a ser la mejor en todo, pero si sumas todas esas cosas es más fácil que encuentres momentos en el partido para ser importante.
—¿Pero de quién aprendió el oficio de pívot?
—Con uno de mis primeros entrenadores en Brasil nos pasaban por todas las posiciones y así veía para qué tenías condiciones. Yo era fuerte, metía goles, pero también quería aprender a defender. Si cuidas todos los aspectos, creces. A mí me encanta ser pívot, pero quiero ayudar defensivamente, me chifla que tengan miedo cuando me ven delante, que se sientan inseguras. Cuando juego de espaldas, si puedo girarme y dar una asistencia ya me siento realizada por la semana de entrenamiento.
—Le gusta más competir que marcar goles, ¿no?
—Si no te hierve la sangre por competir, por dar más cada vez, no puedes mejorar.
—¿Qué encontró aquí para asentarse en Burela?
—Soy de una ciudad muy grande como São Paulo, estaba acostumbrada a ir siempre a mucho ritmo, soy muy movida, pero me he adaptado muy bien a esto más tranquilo. La gente me quiere, me arropa y respira fútbol sala. El ambiente de Vista Alegre es apasionante.
—¿Es más burelense o brasileña?
—Mis raíces nunca las voy a olvidar. Llevo a Brasil siempre conmigo, me dio mis principios y soy lo que soy por eso. Aquí en Burela he formado una familia, es mi segunda casa y mi corazón es naranja. Me siento muy gallega, hay mucha gente que me ha ayudado a ser mejor persona, pero no reniego del país en el que nací.
—¿Cómo valora la evolución del fútbol sala femenino?
—Queda mucho por avanzar, pero creo que España está haciendo mucho. En Burela tenemos un gran ejemplo, con el trabajo que hacen en las categorías inferiores Jairo, Silvia, Cristina, Toni, Miguel... Eso hace que suba el nivel de las competiciones, pero necesitamos que haya inversión y apoyo en muchas más ciudades para que todas las niñas tengan la posibilidad de jugar.
—¿Alguna vez se ha sentido discriminada en el deporte?
—Aunque sea un 1 %, vayas donde vayas, siempre habrá alguien que discrimine por el color, por el sexo, por el dinero... A veces nos llaman paquetes, creo que debería haber más respeto, en la vida y el deporte, que cada uno tenga su espacio.
«Me encantaba el liderazgo de Puyol»
La fe en Dios, el amor por su familia y la pasión por su trabajo explican la rutina de Dany, que reconoce su admiración por compañeras y rivales y la garra de Puyol.
—¿Cómo vive su fe?
—Mi mamá me enseñó a agradecer cada día que tengas porque es una oportunidad única y no todos han tenido la misma suerte que yo. Rezo cada día para agradecer lo que tengo, me siento afortunada por hacer lo que me gusta. Solo pido a Dios que me proteja de las lesiones y por mis compañeras que han sufrido lesiones graves.
—¿Qué le gusta además del fútbol sala?
—Me encanta salir con el perro, es mi rutina, me hace bien. Me gusta pasear en bici, pasear por la orilla del mar... Soy una persona muy activa, no duermo la siesta. Si el niño está en casa, juego con él a la consola o salimos a pasear. También me encanta leer.
—¿Qué libro me recomendaría?
—Leo mucho cosas relacionadas con la actualidad y el deporte. Depende del momento. Por decir alguno concreto, diría El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, que es un libro que me mandó mi profesora de Ciencias y me marcó.
—¿Tiene algún ídolo?
—Crecí viendo a Manoel Tobías en el fútbol sala, pero me quedaría con Carles Puyol. Es una persona en la que me fijaba mucho, me encantaba su liderazgo, cómo se levantaba tras llevar golpes, peleaba al máximo por cada balón. Pero me gusta hablar de jugadoras de fútbol sala y me encanta ver a Mayte Mateo, a Anita Luján, a Peque... Son jugadoras de las que nunca dejo de aprender.