Llama la atención que a principios de febrero uno de los favoritos de la Champions League vaya a quedar fuera. Es un fracaso para ambos, pero lo será en especial para el eliminado. El partido lo tiene todo, se puede esperar cualquier resultado. Veo mucha rivalidad y piques entre dos equipos que se han enfrentado varias veces en los últimos años. Y también hay mucho prestigio en juego. La Champions es donde todo el mundo quiere jugar. Nadie se puede permitir el lujo de despedirse.
El City juega siempre en torno al balón: domina al rival y lo mete en su área. Sin la pelota, no es el equipo que asombra. Y en casa lo debe demostrar más. El Madrid, en cambio, se adapta a varias situaciones: puede meterse atrás o presionar arriba, pero no defiende bien ni por acumulación, ni por armonía defensiva. Le llegan con facilidad al área. Es algo que tiene que mejorar muchísimo. La fortaleza blanca radica en sus individualidades. Y ahí el City se tiene que fijar. Si ataca y pierde el balón con facilidad, puede despedirse de la eliminatoria.
Es muy difícil que el cruce se decida en la ida. Preveo un partido de mucha tensión en el que cualquier error y cualquier jugada puede decidir el resultado. Pero todo se va a resolver en el Bernabéu. Ni siquiera dos o tres goles de ventaja darían tranquilidad a cualquiera, porque habrá tanta artillería en el campo, que nadie va a morir hoy.
En cuanto a las bajas, los laterales del Madrid no eran, ya de partida, su mejor demarcación. En la izquierda siempre hubo muchas dudas y en la derecha, con la falta de Carvajal, Lucas Vázquez no es lo mismo. Pero con Valverde ahí esa posición va a estar muy cubierta, a riesgo de que el equipo se resienta en el medio. Gana un lateral, pero pierde potencial por dentro. Pero ahí se tiene que hacer muy fuerte, no dejando que el Manchester City maneje a su antojo el balón. Es la gran batalla del partido.
El City ha perdido potencial de jugadores. Ya no se trata de ese equipo que dominaba y presionaba arriba. Sufre problemas en defensa y para recuperar pronto la posesión. Preveo que el próximo verano va a acometer bastantes fichajes y bajas, pero ahora se lo juega todo en la Champions. Y no se encuentra en el mejor momento.