
El técnico del City se deshizo en elogios hacia el gallego, del que, además de comparar con el balón de oro, dijo que juntos harán un equipo más estable
16 feb 2025 . Actualizado a las 19:44 h.Si su debut no pudo haber sido peor, con una lesión a los 20 minutos tras perder un balón —pudo haber sido falta— que le costó un gol en contra al City en la FA Cup, el estreno de Nico González en la Premier fue para enmarcar. Al coruñés lo destacaron todos los medios británicos como uno de los mejores de la victoria contra el Newcastle y, algunos de ellos, incluso lo eligieron como el mejor valorado del partido.
Nico, que saltó de titular y disputó los noventa minutos —dejando en el banquillo a jugadores como Bernardo Silva, De Bruyne y Kovacic— tuvo una efectividad del 97 % en el pase, fallando solo 3 de los 96 que intentó. Unos números que no pasaron inadvertidos para su entrenador, Pep Guardiola, que a la conclusión del duelo se deshizo en elogios hacia su nuevo pupilo al que se atrevió a comparar con Rodri Hernández, actual balón de oro.
De hecho, el coruñés actuó en la posición del madrileño —durante muchos minutos como único pivote y solo ocasiones puntuales ayudado por el lateral—, y Guardiola no dudó al pronunciarse: «Es una especie de mini Rodri. Todavía le queda un largo camino para alcanzar ese nivel, pero con su experiencia, energía y distribución nos ayudará inmensamente. En los próximos años, tendremos a ambos, él y Rodri, y seremos mucho más estables», reflexionaba el técnico tras la importante victoria de su equipo con hat-trick de otro de los fichajes de invierno, el egipcio Omar Marmoush.
Pep destacó no solo su presencia en el campo y su consistencia tanto en labores defensivas como en la salida del balón. El entrenador también valoró el carisma exhibido, pese a tener solo 23 años y ser el primer partido que disputaba en una competición como la Premier. «Llegó incluso a corregir a Haaland en un momento del partido», subrayó Guardiola para dar mayor empaque a la labor de un futbolista al que sigue desde que era un niño, tal y como reconoció.
Seguido desde niño
«Lo conocía cuando estaba en el Barcelona. Era uno de los mejores jugadores de su generación. Txiki [Begiristain] intentó llevarlo a la academia hace un tiempo, pero él estaba bien en Barcelona. Eventualmente, cuando no pudo jugar, se mudó a Valencia y Oporto, pero siempre ha estado en nuestro radar», enfatizó un Guardiola que raro sería que no lo incluyera en el once inicial del partido que el City disputará el miércoles (21.00 horas, Movistar Liga de Campeones) en el estadio Santiago Bernabéu ante el Real Madrid, dada su aportación en la goleada al Newcastle.
La confianza que el gallego mostró se vio ya en los instantes previos al duelo entre ambos conjuntos, cuando se le pudo observar conversando en el calentamiento con Stones y Khusanov, a los que parecía dar indicaciones de cómo debían situarse en el campo y cómo sacar el balón jugado hacia él.
Ya en el partido, más allá del 97 % de efectividad en el pase, cortó cuatro balones muy claros del oponente y envió catorce hacia la portería defendida por Dubravika. Por encima, tocó el esférico en 114 ocasiones, 28 más que el segundo en hacerlo, Gündogan, en una demostración de su incidencia en el juego del City. Incluso se atrevió a sacar en una ocasión el balón de su propia área regateando a dos rivales. Así fue el debut de un jugador por el que su equipo pagó hace unas semanas sesenta millones de euros, su cláusula de rescisión con el Oporto, lo que lo convirtió en el futbolista más caro en la historia del balompié gallego, doblando la salida de Gabri Veiga a Arabia.