
La deportista gallega recibió su medalla y ya piensa en recuperarse de su lesión y los entrenamientos de cara a la gran cita del verano al aire libre en Tokio
23 mar 2025 . Actualizado a las 12:03 h.Ana Peleteiro ya acaricia el bronce del Campeonato del Mundo de Nanjing. La triplista de Ribeira, una auténtica garantía en grandes citas internacionales, recibió este domingo su medalla, tal como estaba previsto, en una ceremonia en el podio que estaba fijada para un día después de su concurso.
Peleteiro pensará ahora en el Mundial al aire libre de Tokio. Su prioridad en las próximas semanas es descansar, recuperarse de las molestias que sufre en su rodilla, y que le mermaron en las dos últimas competiciones, y retomar el trabajo.
En esta temporada, Peleteiro dejó atrás una etapa de éxitos con su entrenador de los años anteriores, desde el 2016, Iván Pedroso, para trasladarse a Galicia, el entorno que quiere para su hija Lúa, y ejercitarse con su marido, el también saltador Bejamín Compaoré.
Éxito tras éxito
La primera gran medalla de Ana Peleteiro en el ámbito internacional en categoría absoluta (había sido campeona del mundo júnior) llegó en un Mundial bajo techo, en el de Birmingham, el 3 de marzo del 2018. Allí se hizo con el bronce en un concurso en el que saltó 14,40 metros. Tenía 22 años y se convirtió en la medallista más joven de la historia del atletismo español. La deportista gallega llegaba a Inglaterra con la quinta mejor marca de todas las concursantes, y aquella fue su presentación en sociedad. «Creo que es el inicio de algo grande», comentó a La Voz pocos días después; y acertó de pleno. Porque cinco meses después, en agosto, conquistó su primer bronce al aire libre. Fue en Alemania, en el campeonato continental al aire libre, con un salto de 14,44 metros. La progresión de los casi dos años que llevaba trabajando con Iván Pedroso, el gurú de su modalidad, en Guadalajara, era evidente. Su trabajo daba sus frutos.
Un año después, confirmó que su idilio con el podio en los grandes campeonatos ya era un hecho y, llegado el Europeo de pista cubierta, en Glasgow, dio su salto al oro. Ana elevó sus prestaciones hasta los 14,73 metros, batiendo un récord de España que estaba anclado desde hacía doce años. Lo ostentaba Carlota Castrejana, en aquella ocasión, jefa de expedición en la competición en Escocia.
Otro Europeo bajo techo, el de Torun, en Polonia, significó su puerta de entrada a la competición tras el largo confinamiento por la pandemia. En esa ocasión, en los primeros meses del 2021, se colgó una plata. Aquello fue un aperitivo para lo que sucedería en el mes de agosto en Tokio, cuando Peleteiro fue capaz de derribar otra barrera y subir al podio olímpico. Lo hizo en la tercera posición, con su mejor marca de todos los tiempos: 14,87 metros. Ese día, batió dos veces el récord de España, alimentando su condición de grandísima competidora, que se crece en las ocasiones importantes.
Después llegó el parón por su maternidad, pero mamá Peleteiro volvió a entrenar en el 2023 con el mismo gen competitivo de antes, y en el 2024 subió al podio por partida doble. Primero, en el Mundial de pista cubierta de Glasgow, su ciudad talismán, colgándose un bronce; y después con el título de campeona en el Europeo al aire libre de Roma. En Escocia se hizo con el tercer con un salto de 14,75 metros, una excelente marca pese a haber estado durante una larga temporada inactiva, pero nunca parada, ya que no dejó de ejercitarse. En la capital italiana, se colgó el oro saltando 10 centímetros más (14,85) y demostrando un dominio incontestable en todo el concurso.
Tras su puesto de finalista en los Juegos de París, en una prueba en la que nunca estuvo cómoda bajo el aguacero que cayó ese día sobre el estadio, en el 2025, extendió su reinado continental. De nuevo en la pista corta ganó en Apeldoorn la medalla de oro con un monólogo de principio a fin y con un salto de 14,37 metros que le hizo tomar impulso de cara al mundial de China.