Marta Canella, jugadora del Uni Girona: «Desde pequeña he estado como obsesionada en intentar leer el juego»

MILLÁN GÓMEZ

DEPORTES

La polivalente jugadora viguesa recibe al Ensino este domingo en Girona

12 abr 2025 . Actualizado a las 16:27 h.

Marta Canella Rodríguez (Vigo, 1995) es la jugadora perfecta de equipo y un caso extraordinariamente inusual y efectivo. Capaz de competir en una misma temporada en las cinco posiciones posibles. Asistente, defensora, anotadora y aportando intangibles. Campeona de Europa U20 con la selección española en el 2015 y campeona de Europa absoluta 3x3 en el 2021. Ahora compite su segunda temporada en el Uni Girona, líder de la liga, que recibe al Durán Maquinaria Ensino Lugo este domingo en el Palau Girona-Fontajau (19 horas, CanalFEB y LaLiga+).

—¿Cómo se está encontrando en su segunda temporada en el Uni Girona y especialmente con esa capacidad para jugar en todas las posiciones?

—Estoy muy contenta. Es un sitio en el que siempre quise estar. Siempre he visto al Uni Girona como uno de esos grandes clubes a los que quería aspirar y ahora no es solo que he llegado hasta aquí y que esté, sino que ahora me siento una parte importante del club por cómo lo he hecho. Y sí, esta temporada ha sido ayudando desde todas las posiciones, eso es lo que me ha ayudado mucho, es una forma más de ayudar y de ser útil en un equipo. Quizás es el año que más exagerado ha sido porque los cambios han sido totalmente del uno al cinco sin ningún tipo de exageración ahí. Ha habido partidos que una posición mía ha sido el uno al 100 % y otra ha sido el cinco. Otros partidos han sido posiciones del medio. Me ha costado adaptarme. No diría que me ha costado entenderlo porque sí lo he entendido, pero disfrutarlo sí que me ha costado un poco, pero al final con tiempo y con perspectiva sí lo he sabido también valorar. Estoy en el equipo ahora mismo que va primero de la liga regular, he jugado muchos minutos, me han necesitado en todas las posiciones. Quizás en las estadísticas no es tan tangible, no es tan bonito, pero jugamos un deporte de equipo por una razón y no jugamos al tenis. Me hace sentirme realizada. 

—Hay partidos donde incluso no ha lanzado a canasta. En cambio, aporta en rebotes, defensa, recuperaciones, asistencias e intangibles que no se reproducen en estadísticas. ¿A qué se debe? Porque evidentemente entiendo que no es una indicación táctica de Roberto Íñiguez. 

—No, no, para nada. De hecho, por su parte me anima a todo lo contrario, pero muchas de esas veces, diría que la mayoría, no es por nada ni premeditado ni buscado. Es simplemente una situación en la que yo me llego a ver en ese momento en el juego, yo siempre desde pequeña he estado como obsesionada en intentar leer el juego y buscar la mejor opción. Esta temporada, con lo bien que ha ido el equipo, con lo bien que han estado muchas jugadoras, sobre todo en sus buenos momentos de buenas rachas porque todas tenemos altibajos en la temporada, pues me ha dado la sensación que siempre había alguien en una posición mejor o mejor preparada o como con mucha más confianza para meter ese tiro. Entonces, he entrado un poco en ese bucle y me he olvidado de mí. En algún momento sí que me he olvidado que quizás esa mejor opción era yo. Por tanto, buscaba a las demás sabiendo que estaban tan bien y con tanta confianza. 

—¿Cómo es Roberto Íñiguez como entrenador en la distancia corta, en lo que no se ve?

—Es muy cercano. Eso puede sorprender por lo que se ve desde fuera. Él sabe que tiene que ser cercano, que es muy necesario estar cerca de las jugadoras, saber entendernos, comunicarse con nosotras. Roberto, lo bueno que tiene y que lo he visto todavía esta temporada relucir más porque la temporada ha sido completa con él, es que sabe y entiende perfectamente cómo funcionan las jugadoras tanto física y mentalmente porque él ha estado ahí, y lo mismo su staff y su equipo de trabajo del día a día. Entonces, eso es muy importante y eso hace que maneje muy bien el día a día con él. Con él no hay días que perder. No todos los días tiene que ser el entrenamiento más largo del mundo, el más intenso, el más exigente físicamente, pero lo bueno que tiene es que él entiende que no todos los días se puede pedir lo mismo, que hay que adaptarse a las circunstancias, pero que precisamente cada día nos vale para acercarnos un poco al objetivo común que tenemos como equipo. Te diría que lo que más valoro de él es la exigencia en ese día a día porque con él no hay bajadas de concentración porque al momento que tú estás fuera salta mucho a la luz, entran las alarmas. Entonces, es un poco lo que hace que sus equipos siempre tengan éxito, sobre todo en ese largo plazo de la temporada. Siempre está con la máxima exigencia. Y, luego relacionado con eso, su madurez como entrenador es absolutamente tremenda, está como desarrollado completamente y, una vez que ha llegado ahí, no se ha parado, sino que que se dice a sí mismo que el baloncesto evoluciona, va viendo más cuestiones y entendiendo mejor a las jugadoras, a los equipos, a las dinámicas y él también se va a adaptando a lo nuevo que va habiendo. 

—Es su segunda temporada en el Uni Girona. ¿Qué ha cambiado esta temporada para estar a una victoria de ser campeonas de la liga regular y, por ende, poder clasificarse directamente para la Euroliga?

—Principalmente también Roberto es el gran culpable porque lo hemos tenido de inicio a fin de temporada con su idea de trabajo, con este trabajo del día a día. Sí que he visto como que todos los días tienen sentido, todos los entrenamientos, todos los ejercicios, todo lo que hacemos dentro o fuera de la pista tiene un sentido o físico o mental o táctico. Entonces, ha sido un gran factor. Luego, se ha fichado muy bien no solo técnicamente, no se han fichado cualidades técnicas y talento, sino que se ha fichado un equipo muy fácil de llevar, entrenable, con la cabeza bien puesta y en el que teniendo grandes talentos, sobre todo en la anotación, siempre se ha sabido poner primero al equipo. Eso es lo que nos ha llevado hasta aquí. Es el haber demostrado una solidez y ser fieles a un estilo de juego. 

—¿Cuál es la posición favorita y dónde se encuentra más cómoda la Marta Canella del 2025?

—Mi posición favorita y más cómoda es, sin duda, la del base. Eso ha sido siempre así. En los últimos años he pasado menos por esa posición, pero es que cada vez que juego como base disfruto como una niña pequeña, estoy totalmente metida en el juego, en el entrenamiento, está la cabeza a mil, estoy pensando, estoy hablando con mis compañeras, es como que me transformo por dentro y luego lo veo cuando ya estoy en frío y me digo: "¡Si es que esto significa que me gusta mucho y lo disfruto mucho!" A pesar de mi físico, que me puede no ayudar en esta posición en concreto, pero el disfrutar también tanto y entender la posición también es lo que hace que me guste. Sorprendentemente esta temporada he llegado a jugar hasta al cinco y te diría que ahí me lo he pasado bien porque ha sido como: "Vale, ahora estoy aquí, soy un microbio comparado con las otras cinco con las que me estoy enfrentando". Entonces, era una batalla de decirme que obviamente no me puedo ir a su juego, sino que vamos a intentar hacer todo lo contrario. Eso ha sido divertido porque ha sido como un desafío, como un juego también de buscar un poco cuáles son mis debilidades, no mostrarlas mucho, cuáles son las suyas e ir a por ellas. 

—Su altura le ayudó en la pasada jornada a defender a una ala-pívot o alera como Natalie van den Adel. En otros momentos de su carrera a jugar como base muy alta como un perfil Mariona Ortiz. ¿Le ayuda esa altura en la dirección cuando juega como base y en defensa en situaciones de cambios?

—Sí. Con unas jugadoras vas a tener ventaja en el aspecto físico y con otras vas a estar en desventaja. Subiendo el balón, el físico grande en este caso te tiene que ayudar para simplemente utilizar el cuerpo, anteponer tu cuerpo entre defensora y balón e ir subiendo porque por rapidez en esa posición no va a ser y técnicamente no quieres estar diez segundos en la subida de balón bota que bota. Entonces, ahí ayudaría. Sí que en las demás posiciones, sobre todo en las exteriores, está bien la parte de poder cambiar y tener así un poco más de versatilidad, seguir las normas del juego de la defensa de bloqueos directos de ese partido en concreto, pero en caso de emergencia el tener esa posibilidad de defensa de cambios.

—¿Qué le ha aportado el 3x3 en esta polivalencia y versatilidad que tiene?

—El 3x3 me ha dado un poco el desarrollar esa polivalencia mucho más porque ahí da igual ser grande, pequeña, rápida o baja. Ahí tienes que sacarte las castañas del fuego como puedas y sin pensar en el momento e intentar ayudar al equipo, lo que pasa es que en este caso el equipo es mucho menor. Entonces, también tienes tú que ser quien tire del carro muchas veces en temas más tangibles. Sí que en este aspecto también de anotación sí que ha llegado un momento que me ayuda y cuando voy al 3x3 es como que incluso me transformo y es como que me digo: "¿No puedes jugar así al 5x5? No, es que es distinto, ya somos dos más, ya hay muchos menos espacios, hay más tiempo, como que desarrollas más cada jugada". Lo piensas más en ese sentido. Me ha ayudado básicamente en la polivalencia, pero un poco en todo, en ser un poco más incisiva al aro y más agresiva también en defensa porque sí que hay mucho contacto y te ves muchas veces en situaciones de desventaja con jugadoras especialmente rápidas y hábiles. Entonces, hay que dar el callo como sea y lo intentas trasladar al 5x5.

—Laia Palau está en el cuerpo técnico de su Uni Girona. ¿Qué le aporta a usted en lo individual?

—Laia es una leyenda viva dentro del vestuario, tenerla dentro del grupo es muy chulo porque tiene una calidad tremenda. Incluso, cuando hacemos un trabajo específico con ella, ella está ahí en frío sin calentar, lleva un par de años parada y le sale natural. Y le decimos que lo hace mejor que nosotras (se ríe). A veces no es fácil porque Laia tiene tantas virtudes tan intrínsecas, le es difícil explicarlas o entender que hay gente que no lo ve de esa manera y a veces se lo digo, pero es una suerte tener a alguien que ha sido todo lo que ha supuesto Laia para el baloncesto, que esté en nuestro día a día y además no es solo eso, sino que su personalidad también mola y ayuda mucho en un equipo. 

—¿Qué opinión tiene del Ensino actual?

—El Ensino, sobre todo al principio de temporada cuando estaba sufriendo más en esos puestos de descenso, era una absoluta sorpresa, no porque el Ensino tuviese que estar en una posición determinada, sino por cómo jugaban, no tenía que estar ahí por cómo jugaban, qué tipo de jugadoras tienen y qué tipo de entrenador. Tú veías sus partidos y decías: "No me puedo creer que hayan tenido tan mala suerte". Fueron muchos partidos perdiendo en finales ajustados. Nosotras mismo hemos sufrido de lo más grande en Lugo y de los partidos más complicados en Liga. Me alegro que hayan podido respirar porque se lo merecen, no les correspondía mucho estar en esas posiciones en las que estaban al principio de temporada. 

—¿Le gustan especialmente algunas jugadoras del Ensino?

—Sí, me gustan especialmente Claudia Soriano y Esther Castedo. Claudia por el desparpajo, pero sin perder el ser esa base que genera y que le importa el equipo. Y eso se nota. Y Esther un poco por lo mismo, pero sobre todo también me hace especial ilusión porque es gallega, es muy joven, ha estado ahí mucho años y es canterana. Yo me acuerdo de verla cuando iba a selecciones gallegas y ahora es una pieza importante en el equipo con toda la solidez que tiene, me parece que hace todo bien, es buena en defensa, en ataque puede anotar de dos, de tres, es también generadora, sabe pasar bien, es fuerte. Me gusta Esther. 

—Una ex Ensino y compañera suya es Ainhoa López. También fue compañera suya en el Barça CBS. ¿Qué virtudes destaca de Ainhoa tanto a nivel humano como a nivel técnico?

—Ainhoa es una jugadora que siempre quieres tener en tu equipo, sobre todo por lo que trae en el día a día. Tenemos mucha suerte de hacer lo que hacemos, que es dedicarnos profesionalmente a jugar al baloncesto, pero eso no deja de ser tu trabajo y un ambiente laboral. Los ambientes laborales pueden ser mejores o peores dependiendo del año, pueden ser más hostiles. Y una persona como Ainhoa siempre te trae luz a ese día a día, siempre trae una sonrisa, siempre trae buenas palabras, una buena actitud. Eso es clave. Luego, deportivamente es un poco lo mismo en pista, es una revolucionadora que le da energía al grupo. Este año lo ha pasado mal con las lesiones, pero es muy importante para nosotras dentro del vestuario. 

—Usted es compañera de Imani Tate, ex jugadora del Ensino la pasada temporada. Fichó por el Uni Girona hace dos meses. ¿Qué les está aportando?

—Imani nos ha dado un poco lo que nos faltaba. Igual teníamos muy buen equipo, todas a una, pero a veces nos faltaba carácter o garra. Es lo que Imani tiene al 100 % y lo ha mostrado, nos ha ayudado. 

—¿Cómo recuerda su debut con la selección absoluta 5x5? Fue en Rumanía y se cumplieron dos años este pasado mes de febrero. Y con un seleccionador vigués, como es Miguel Méndez. 

—Es un sueño. Ahora me parece que fue hace mil años. Ojalá volver. Yo lo disfruté muchísimo. Es algo que he querido siempre, pero a la vez me decía que no era para mí, que no me iba a pasar. Llegué ahí porque las ventanas ya estaban solucionadas y convocaron a jugadoras que no estaban en dinámica, dieron descansos. Fue muy inesperado, muy disfrutón, con los ojos abiertos para aprender y ver. Además, con los viajes a Rumanía y a Islandia parece que calan más, pues no es lo mismo que hacerlo aquí en Madrid al lado de casa. Y debutar de la mano de Miguel, que es un entrenador histórico en nuestro baloncesto, laureadísimo y que además es de Vigo pues me hizo especial ilusión. 

—¿Con quién le gustó más jugar esos dos partidos y compartir entrenamientos?

—Es un poco todo, pero fue chulo disfrutarlo con Sandra (Ygueravide), somos dos chicas del 3x3, nadie nos ve como nada más, fuimos allí y seguimos juntas en el 5x5 y fue bonito. Ella también veía la ilusión que me hacía a mí. Con la diferencia de edad me veía un poco como se debió de ver ella cuando tuvo su debut hace mucho tiempo. Eso fue bonito. Luego, fue chulo reencontrarme con Laura Quevedo, con la que había compartido la selección U20, que es la única selección a la que yo había ido a campeonato y habíamos sido campeonas de Europa. Fue como, mira, aquí estamos casi ocho años después. Laura ha seguido ahí en dinámica, pero fue decirme a mí misma que volví ocho años después a ser capaz de estar aquí contigo. Y, luego, estar con gente como Laura Gil o Cristina Ouviña, que son las caras más visibles que teníamos en ese momento de la selección. Yo las había visto mucho en la selección por la tele y ahora estaba con ellas. Fue como esa mezcla de reencontrarme con mis compañeras de formación, ir de la mano de Sandra (Ygueravide), del 3x3 y unirme a las históricas. 

—Entre temporada y temporada hay demasiados meses. La pasada primavera y verano decidió jugar en México. ¿Cómo es el nivel de la liga y cómo valora la experiencia?

—Sí, fui a México por ese motivo que dices de tanto tiempo parado en el medio, en el verano. No tuve la suerte de meterme en el grupo activo de la selección 3x3. Quería estar activa, seguir jugando y me surgió esta oportunidad. Y me dije que me iba de cabeza. Era una posibilidad muy buena para seguir jugando, aprender, conocer otro baloncesto, otra cultura y a ver qué pasa. Si me gustaba, genial; y si no, pues eso que me llevo. Físicamente me ayudó mucho porque no es lo mismo estar entrenando todo el verano por tu cuenta que estar activamente jugando. Además, se jugaba mucho, muy seguido, con lo cual entrenabas menos, pero jugabas más. ¡Pues divertido para ser verano! No nos vamos a engañar (se ríe). Y la liga me pareció dura, iba un poco avisada con respecto a eso, pero es una liga muy fuerte, muy física, mucho más permisiva y con un perfil distinto de equipos en el que se priorizaba bastante el uno contra uno y la anotación. Es decir, si una jugadora se quería jugar no 20 tiros, sino 20 unos contra unos por partido muy posiblemente podía hacerlo. Eso también me chocó y me tuve que adaptar un poco a ese juego. La experiencia fue muy bien y yo sí que estaría abierta a volver a ir. 

—Usted es una jugadora histórica de la selección 3x3. Quedó fuera de la dinámica de la selección olímpica. ¿Fue decisión personal o técnica?

—Obviamente no fue una decisión personal, fue una decisión técnica 100 %. Yo todo lo contrario, hice todo lo posible para estar ahí y dar mi versión física y baloncestística. No me dio la sensación de tener en ningún momento mucha oportunidad, estaba claro el tipo de equipo con el que querían ir, lo cual es comprensible. Es una selección de cuatro personas, el equipo es muy corto, las posibilidades son muy pocas y no entré por decisión técnica. Personalmente fue fastidiado porque es lo que dices tú, había estado ahí mucho tiempo los años anteriores. Yo me había reenganchado un poco a la segunda parte del 3x3, las que lo habían estado iniciando y luchando eran otras y yo me uní cuando estaba un poco más trabajado, pero en cuanto a puntuación que necesitas para los clasificatorios de los  juegos y demás sí que estuve ahí. Entonces, cuando ves que tu sueño, que es el sueño olímpico, el sueño de cualquier deportista, está tan, tan cerca y se te escapa evidentemente es fastidiado. Lo llevé mal, sinceramente. Pero es una selección y entiendo cómo funciona. Les fue muy bien y me alegro muchísimo por mis compañeras y porque el baloncesto español 3x3 siempre ha estado ahí bien dando guerra, pero quizás con poco premio a nivel mundial, sí en Europa, pero poco premio a nivel mundial. Ya han conseguido poner a España ahí a nivel mundial. 

—¿Entonces ha sentido una felicidad especial al volver en febrero a la selección 3x3 en la concentración en Guadalajara?

—Sí, evidentemente porque nunca es fácil, nunca puedes dar por sentado que vas a estar ahí siempre y, sobre todo, hay muchas jugadoras muy buenas. Entonces, es complicado y fue genial volver, fue chulo volver a recibir la llamada, volver a estar con las compañeras en ese ambiente 3x3, que quizás fue un poco más distendido. Luego, a nivel de pista, el volver a disfrutarlo, sentirme esa jugadora que puede hacer de todo porque sí que venía ahí en ese momento con más dudas de la temporada por el tema que te decía antes de estar en todas las posiciones y en ninguna a la vez. Esa concentración 3x3 me dio un poco esa chispa de decirme todo lo que puedes hacer aquí, tienes más libertad, tienes que hacerlo sí o sí, si no no ayudas al equipo ni a ti misma. Me valió un poco para despertar. 

—¿Cómo recuerda el oro europeo absoluto 3x3 en el 2021?

—Fue increíble, el mejor momento deportivo de mi carrera. Fue también como el debut con la selección 5x5, fue inesperado. No te imaginas que esa jugadora que va a ganar el oro vas a ser tú. Fue ya idílico que fuese a los pies de la Torre Eiffel con el grupo que éramos, con Sandra (Ygueravide), con Aitana (Cuevas) y con Vega (Gimeno), las que habíamos estado juntas tanto tiempo, tantos viajes, habíamos hecho una familia. Tenía allí a mis padres, les ganamos a Francia jugando de forma increíble. Nosotras veíamos a Francia no como imposibles, pero casi, de estos equipos que les podemos ganar, pero una vez de cada no sé cuántas. Sacamos a relucir una raza competitiva que tiene España en todos los deportes y fue súper emocionante. 

—Usted fue campeona de Europa U20 en 2015 con la selección. ¿Cómo recuerda aquel éxito? 

 —En su momento lo valoré muchísimo porque era un torneo de los de formación, de los de jóvenes y yo nunca había estado en ninguna selección. Había ido a alguna selección, pero nunca llegué a ser considerada y yo nunca esperaba estar metida en un equipo. Esa generación tenía un talento increíble. Con 20 años ya no eres una niña, sigues en formación, ya importan más cuestiones que no solo el talento. Ya no es futuro, es presente, esto es lo que somos. Fue un premio a no rendirse, a seguir trabajando, a seguir ahí poco a poco sin grandes expectativas, en mi día a día voy disfrutando, voy haciendo esto, quiero ser mejor y, de repente, tienes 20 años y en ese momento es cuando sí que cuentan contigo y en un gran equipo con mucho talento. Y nos llevamos el oro. Fue un premio a mi trabajo de joven y de pequeña. Eso también fue especial.