Tormenta perfecta de Asgreen y Del Toro en el Giro de Italia

Jon Rivas COLPISA

DEPORTES

LUCA ZENNARO | EFE

Una caída provoca el caos en el pelotón, donde la «maglia rosa» vuelve a sacar provecho y mete otro minuto a Ayuso y Roglic

24 may 2025 . Actualizado a las 22:20 h.

La primera vez que el Giro entró en Eslovenia era un país tan nuevo que los carteles en la frontera italiana señalaban el paso a Yugoslavia y la cómoda autopista se convertía, nada más enseñar el pasaporte, en una carretera estrecha y mal cuidada. Estaba el país en construcción después de la independencia, y ni siquiera sus líderes eran personas conocidas, sino anónimas. Hubo un periodista catalán que se fue a tomar un café en el buffet del ayuntamiento de Kranj, y se extrañó de que el camarero con chaqué y pajarita le mirara con mala cara y no se lo sirviera. Pero aquel señor no ponía cafés, era el presidente de la república naciente.

Si en aquel 1994, en Kranj, la gente se acercó a las cunetas con más curiosidad que fervor, 31 años después las cosas han cambiado. El ciclismo es una gloria para su país, con el fenómeno Pogacar y Primoz Roglic, ese veterano que tantas alegrías les dio, pero que ayer se llevó un disgusto al circular por las calles empedradas y mojadas de Nova Gorica. Se llevó el calentón Roglic, pero también Juan Ayuso y Egan Bernal, aunque no sufrieran más que daños materiales, los que se desprenden de la clasificación general, pero más pesar tiene Antonio Tiberi, que llegó a la meta mucho más retrasado, o Giulio Ciccone, este sí dolorido moral y físicamente.

La posición de Ayuso como jefe de filas del UAE empieza a estar comprometida, porque entre caídas y despistes empieza a darle alas a Isaac del Toro, que siempre está atento, dispuesto a meterse en cualquier batalla de la que pueda sacar rédito. Por eso no entra en el listado de los damnificados en una etapa que parecía que no iba a dar demasiado y acabó ofreciendo mucho, sino en la de los beneficiados después de la caída que partió el pelotón en las calles de Nova Gorica.

El líder, pero también Carapaz y Simon Yates, que adelanta a Ayuso y le descabalga del segundo puesto, supieron olfatear por dónde iba la cosa, y se metieron en el grupo perseguidor de los escapados y del que tiraba el Visma. Ayuso, Roglic y Bernal no estaban. En el caso del español una situación un tanto incomprensible, ya que las imágenes de la caída mostraban a Del Toro volviéndose a montar en la bicicleta y a Ayuso muy cerca, sin perder pie. En ese kilómetro escaso entre la Vía Marconi y las antiguas garitas fronterizas está el misterio de lo que ocurrió, para que, una vez más, el líder aprovechara la confusión y su teórico jefe de filas se perdiera en el marasmo.

Pero el más beneficiado del caos que se formó un par de centenares de metros por detrás, fue el danés Kasper Asgreen, que había perdido cualquier esperanza de llevarse la etapa, escapado junto a Marcellusi y Maestri. El titubeo del pelotón resultó una bendición, la tormenta perfecta para él y el líder. Van Aert tiraba con fuerza detrás, pero en un circuito sinuoso, la diferencia menguaba muy poco a poco. Llegó a ser solo de 15 segundos, y en las rectas aparecía amenazante el grupo perseguidor, pero cuando Asgreen se desprendió de sus acompañantes, el duelo se convirtió en un mano a mano entre el escapado y el cazador, en el que triunfó el danés, al que en la meta le felicitaba Carapaz, para el que también quedó una buena tarde.