
El deporte de élite esconde en ocasiones justicia poética y enseñanza vital por arrobas. Tatjana Maria, número 86 del mundo y que había accedido desde la fase previa, levantó ayer el trofeo de Queen's, la antesala del grand slam de Wimbledon. La tenista alemana, de 38 años, se convirtió en la ganadora más veterana de un WTA 500. «Es un sueño hecho realidad. Cuando llegamos mi hija pequeña me dijo: 'Es un trofeo muy bonito y muy grande', así que le dije: 'Vamos a por ello e intentaré ganarlo'. Y al final lo he hecho. Es increíble. Estoy muy feliz», comentó Maria, la primera mujer que en 52 años conquista el trofeo londinense, que solo se disputaba en categoría masculina desde hacía cinco décadas.
La Lawn Tennis Association, el organismo rector de este deporte en Gran Bretaña, había trasladado el torneo femenino de Londres a Eastbourne, en la costa sur de la isla, al parecer debido a la falta de pistas para que se jugase al mismo tiempo que el de hombres. Todo se ha solucionado de la forma más simple: primero se jugó el campeonato de mujeres, y a partir de hoy comienza el masculino, que se prolongará hasta el próximo domingo. Además, la organización prometió armonizar los premios a más tardar en el 2029, pues las mujeres se repartieron 1,043 millones de libras (1,22 millones de euros), mientras sus homólogos masculinos llegarán a los 2,122 millones de libras (2,49 millones de euros).
El caso es que la ganadora, madre de dos hijas, se acercó al banquillo en cuanto selló su triunfo, donde la esperaban ambas. «Todo es posible si crees en ello. Quiero enseñarle esto a mis hijas y que estén orgullosas. No sé cómo lo celebraremos. Tenía que irme a Nottingham, pero estoy seguro de que lo celebraremos. Esto no pasa todas las semanas. ¡Las niñas seguramente quieran unos creps con Nutella!».