
El vizcaíno empieza el Open con una vuelta de uno bajo par tras resistir a fuertes rachas de lluvia en Portrush
17 jul 2025 . Actualizado a las 21:26 h.Roma no se hizo en un día y ningún 'major' quedó sentenciado en la jornada inaugural. En Portrush, este jueves Jon Rahm ha puesto la primera piedra para edificar su asalto al Abierto Británico. Asomado a los acantilados 'estilo Barrika' que ofrece este rincón de Irlanda del Norte en la costa atlántica, el vizcaíno logró una tarjeta de uno bajo par, 70 golpes, para marcar el rumbo a su tercer grande y poder así tomar el relevo a Severiano Ballesteros en el Open 37 años después. Lo ha hecho tras sobreponerse a unas condiciones cansinas, con momentos de lluvia intensa y otros de un viento azotador. Así son los links.
Rahm marcha a tres golpes de la cabeza que marcan Jacob Skov Olesen -entrenó con el danés el miércoles-, Haotong Li y Matt Fitzpatrick, todos en -4. Ningún jugador logró un resultado que asustara pero sí que hubo varios favoritos que advirtieron de sus intenciones, con Scottie Scheffler a la cabeza gracias al -3 registrado por el número uno del mundo.
«Cualquier cosa bajo par hoy es un buen resultado», admitió el vizcaíno tras su vuelta. «Ha sido un gran día. He jugado muy bien, cómodo, en un campo complicado», añadió. Su ronda fue una suerte de montaña rusa en la que combinó destellos, como los dos birdies consecutivos en los hoyos 6 y 7, con bajones en forma de bogeys en el 10 y el 11. Sobre este último Rahm ya había advertido de su dificultad. Una última rebaja en el 14 le permitió cerrar el día en negativo y, de paso, obtener su mejor resultado en un estreno en el Open desde 2019, edición que precisamente se disputó en Portrush. Logró entonces un 68, tres bajo par. Acabó undécimo.
Su inicio de vuelta, programado a las diez de la mañana hora local, fue una declaración de intenciones frenada en seco por un putt de apenas un metro. Cuesta abajo, leyó mal la caída y el birdie a las primeras de cambio se fue al limbo. Después, pese a coger pocas calles, se generó una opción tras otra de birdie, desde mayor o menor distancia. Hasta el hoyo 9, pese a alguna mala salida desde el tee con el driver, encontró todos y cada uno de los greens para tener opción de arañar golpes. Lo hizo porque con los hierros se encontró muy cómodo.
Hasta la sexta bandera no tuvo recompensa. Se escaparon por poco putts de 14 metros en el 2, de ocho tanto en el 3 como en el 4 y de once en el 5, del que salió «muy frustrado tras pegar mal desde el tee y luego estar a la defensiva». Opciones claras pero nada asequibles, menos aún con el viento convirtiendo los greens en una auténtica mesa de ping pong. Hasta que por fin se dejó putts más asequibles. No perdonó uno de casi cuatro metros en el par 3 del 6, «con el mejor swing del día», y sacó partido al par 5 del 7 pese a irse de inicio al rough. Por centímetros no llegaron otros dos birdies en el 8 y el 9.
Rahm no estaba sufriendo hasta que el cielo se abrió, «por suerte o por desgracia», en el tramo de mayor dificultad de Portrush. «Es lo mismo para todos, pero desgasta, también al caddie. Que si toma el paraguas, dame el pantalón de agua, sécate... El único problema ha sido el viento», valoró. Bajo el chaparrón, desde el semirough del 10 se pasó el green y fue a parar a una zona de hierba alta, desde la que no recuperó nada bien al no superar la bola una pequeña loma. Green abajo, no pudo evitar el bogey. Y en el 11 se vio obligado a recuperar desde una zona horrible, de maleza, desde la que apenas pudo recorrer unos metros con el siguiente golpe para poner el hoyo cuesta arriba.
«Meter putts lejanos no es nada fácil. A ver si mañana me puedo dar mejores oportunidades», apuntó el 'León de Barrika', que vio como la bola estuvo a punto de meterse en el agujero del hoyo 12 desde once metros. «Pensé que la metía». En el inmediato llegó su último birdie del día tras hacer bueno un hierro que dejó la bola a menos de tres metros de la bandera. Después firmó cuatro pares con mayor o menor tormento pero siempre pateando para birdie. Tuvo «mucha suerte» al dropar sin penalidad en el 17 tras una horrible salida. Su bola se fue hasta el tee del 18, entre cámaras de televisión y vallado.
Este viernes, Rahm competirá en uno de los últimos partidos, a partir de las 16 horas de España, una menos en Portrush.