Vine y Traen escapan del fatalismo en la Vuelta

IVÁN BENITO REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Javier Lizón | EFE

El australiano, herido grave en la caída de la Itzulia, resuelve la fuga en Pal y el noruego, que superó un cáncer, es líder ante el indulto de Vingegaard

28 ago 2025 . Actualizado a las 20:43 h.

Los astrólogos señalan al seis como un número diplomático y humano. En La Vuelta se cumple, ya que cada sexta etapa representa una jornada de concordia para los patrones del pelotón, que conceden el triunfo a la fuga desde el 2019. Siete consecutivas ya. En la edición en la que se cumplen 90 años de la primera, siguieron la tradición y no el canon que manda a los favoritos a dar un golpe sobre la mesa en la primera etapa de montaña. Al menos en el Tour.

A 40 kilómetros de meta, tocaban las campanas de la catedral de Santa María de La Seu d'Urgell. El pelotón rodaba relajado, con Vingegaard de cháchara con su compatriota Pedersen a cola del grupo principal. Su equipo, el Visma, exhibía mano izquierda. Renunciaba a dar un primer bocado en la general. Dejó hacer a otros, pero nadie quiso pasar. Asi que, como en los últimos años, triunfó la escapada.

La de Jay Vine, del UAE, que levantó los brazos en Pal como en 2022 en el Pico Jano, y de Torstein Traen, del Bahrein, que se coloca como nuevo líder con dos minutos y medio de ventaja con el danés. El noruego Traen aprendió a combatir el frío sobre la bicicleta tras fichar por el Bahrein en el 2024. En la primera concentración se juntó con Pello Bilbao.

«Aprendí muy bien cómo hay que hacer la mochila para la lluvia», contó. Ayer, el parte meteorológico era adverso en Andorra. Pero el noruego ya sabe lo que es sobreponerse a un mal augurio. Antes de confraternizar con el ciclista de Gernika, Traen ganó la montaña en el Tour de los Alpes en 2022. Le hicieron un control antidopaje y los resultados eran para preocuparse. No había sustancias dopantes. Eran cancerígenas. Gonadotropina coriónica humana (hCG).

Se le detectó un tumor de 15 milímetros en el testículo. El diagnóstico fue rápido. A tiempo. Gracias a la lucha antidopaje. Pasó por el quirófano y enseguida se notaron los progresos. Toda la hCG desapareció. «Tuve 99 problemas y el cáncer ya no es uno de ellos», bromeó para anunciar su recuperación. Su única victoria es el Tour de Suiza del 2024. En el Paso de San Gotardo. Un coloso a la altura de su positivismo.

«Hace unos días, hablaba con Johannes (Staune-Mittet) y me dijo: 'Eres un perdedor, estás muy cerca en la general'. Y yo le dije: ¡Cuando me ponga líder en Andorra, no creo que me llames perdedor nunca más!'». El noruego tuvo más acierto que los meteorólogos. Llovió y granizó lo justo, pero no hizo frío. Lo ideal para Jay Vine (29 años), funcionario de profesión en Australia hasta el 2019, que probó el ciclismo de carretera.

Vendió «todo lo que tenía» y se fue a Girona y ahora a Andorra, a perseguir un objetivo que logró gracias a las carreras virtuales de Zwift durante la pandemia. Tres años después fichó por el UAE como ganador de dos etapas en la Vuelta del 2022 y con la fama de caerse mucho. Poco pudo hacer en la sobrecogedora curva de Olaeta, en la Itzulia del 2024.

Sufrió una fractura del cuerpo vertebral cervical y dos de la columna torácica, afortunadamente sin afectación neurológica. «Dijeron que quizás no pudiera volver a caminar y jugar con mi hijo», declaró días después. Su retoño aún no había nacido. En la cima de Pal le esperaba: «En los últimos 5 kilómetros, solo podía pensar: 'Esto es para ti, Harrison'. Y llegué lo más rápido posible».

Varios abandonos por un virus En la salida de Olot, la ciudad de los volcanes, se produjeron muchas despedidas. Se fueron para casa los enfermos Carr (Cofidis), Reinderink (Soudal) y Livyns (Lotto), lo mismo que dos jornadas antes hicieron Carlos García Pierna y Valentin Paret-Peintre. A Landa ya solo le quedan cinco compañeros. Dos se filtraron en la escapada. Él se reservó.

«Los hombres de la general no perdonarán», presagiaba el alavés, menos acertado que Traen. En el primer puerto se fugaron Vine, Traeen, Vervaeke y Garofoli (Soudal), Ryan y Shaw (EF), Armirail (Decathlon), Castrillo (Movistar) y Debruyne (Alpecin), que gastó fuerzas de más por razones fisiológicas. Se puso a orinar en marcha a punto de iniciar la Comella.

Lo hizo rápido, pero necesitó un esfuerzo extra para volver a la fuga, que se rompió en la cima. «Esta es mi oportunidad», pensó Vine, que conocía el descenso a la perfección. Vive abajo. Con el australiano fuerte y en casa, Traeen y Armirail libraron la batalla por el liderado ante el indulto de Vingegaard y el resto de favoritos. El Lidl-Trek, aunque con pocos corredores, asumió el ritmo de la subida final.

«También necesitamos guardar a los chicos, no tirar cada día», afirmó Pedersen. Pero Ciccone quiso destapar sus cartas. Aunque se resista a decirlo, su ataque a kilómetro y medio solo puede ser para pelear por la general. Por detrás, solo penaba Juan Ayuso. El valenciano se dejó once minutos: «Ya dije que no estaba bien y me he dejado llevar».

Ningún español estará en la lucha. El luso Almeida, sí. También probó a Vingegaard, sin inquietar. Solo O'Connor, Gaudu y Landa perdieron tiempo: 28 segundos. Markel Beloki llegó poco después. El único brote verde para el ciclismo nacional. Traen puso en marcha el oráculo para hoy. «Es una posibilidad que Vingegaard me quite el liderato»