Marc Márquez, el regreso más grande jamás contado

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Kim Kyung-Hoon | REUTERS

El piloto español vuelve a la cima del motociclismo mundial seis años después, tras pasar un infierno de lesiones que estuvieron a punto de retirarle

28 sep 2025 . Actualizado a las 13:15 h.

El 6 de octubre de 2019, Marc Márquez se proclamaba campeón del mundo en Tailandia. Estaba en el punto álgido de su carrera, después de ganar seis de los últimos siete campeonatos de MotoGP y el último de ellos siendo especialmente dominante. No tenía rival en la pista y se sentía invencible. Era difícil ponerle techo y se daba por hecho que más tarde que temprano llegaría el momento de ir superando a todas las leyendas de las dos ruedas. Desde Ángel Nieto a Giacomo Agostini y pasando, por supuesto, por encima de Valentino Rossi.

Pero esa cuenta se detuvo de manera abrupta un 19 de julio de 2020 en el circuito de Jerez. En una tórrida jornada de verano, el campeonato trataba de recuperar la normalidad tras la pandemia y el pistoletazo de salida de aquella temporada se daba en el circuito gaditano. Era la primera carrera de un calendario comprimido y el paddock de MotoGP que se movía por Europa como una burbuja. En la vuelta 22 de las 25 que tenía aquella carrera, Márquez sufría una dura caída que le provocaba una fractura del húmero derecho. Todavía no lo sabía, pero esa lesión marcaría su carrera deportiva para siempre y también su vida personal. La precipitación a la hora de regresar no hizo más que agravar una lesión que necesitó hasta cuatro operaciones para reconstruir un brazo completamente destruido y lleno de cicatrices. Y cuando el físico ya estaba recuperado, tuvo que lidiar con una moto, la Honda, que ya no estaba al nivel, y que le obligaba a superar todos los límites de la física para intentar estar en el sitio que merecía. Las caídas fueron constantes y dolorosas, provocando varios episodios de diplopía o vista doble y llegando a plantearse si merecía la pena seguir. Con la retirada rondando en la cabeza, en plena etapa de dolor y frustración, decidió darse una oportunidad más, la última y definitiva, y la jugada le salió redonda.

Seguir su instinto

A finales de 2023, Marc Márquez tomó la decisión más difícil de su carrera. Dejar atrás a su equipo de toda la vida, Honda, con el que lo había ganado todo en la clase reina y con el que tenía mucho más que una relación profesional, y fichar por un pequeño y familiar equipo italiano, el Gresini Racing, que ya había acogido un año antes a su hermano Álex en el box, pero que tenía una preciada Ducati satélite que ofrecerle. De alguna manera, Márquez se exponía al juicio popular, ya que con esa mecánica no habría excusas, pero era lo que le pedía el cuerpo en ese momento y el leridano siguió su instinto renunciando, entre otras cosas, a un salario millonario.

Valió la pena. Nada más subirse a la MotoGP italiana, el de Cervera volvió a sonreír. Se reencontró con su talento y con la esencia del motociclismo. No solo volvió a ganar en la pista, sino que recuperó su estatus como piloto icónico de MotoGP y Ducati apostó por él, antes incluso que por el campeón en curso de 2024, Jorge Martín. Y de nuevo, la apuesta fue ganadora. El 'todo al rojo' con el que Marc Márquez inició su era como piloto oficial Ducati se ha traducido en un rodillo rojo que ha ido dictando su ley en cada circuito, dominando como nunca. A sus 32 años, se ha visto la mejor versión de un piloto superlativo. Ha pulido alguno de sus puntos débiles a la hora de minimizar riesgos. No en vano, es la temporada que menos se ha caído desde que compite en el Mundial y la experiencia que tiene le ha hecho leer las situaciones y gestionar las carreras como nadie.

En un año de récord, ya suma 25 victorias de 34 posibles entre sprint y carreras largas de domingo y ha sellado el título en Japón antes que nunca, con cinco carreras de margen, lo nunca visto. Marc Márquez suma ya siete entorchados de la categoría reina, igualando los títulos de Valentino Rossi, y ya solo tiene a Giacomo Agostini, con ocho, por delante. Sumando los de las categorías pequeñas (125 cc y Moto2), llega a los nueve, que también alcanzó el mito italiano. Y logrando de paso otros dos registros para la historia, el de más años entre el primero (2013) y el último (2025, de momento), y el de recuperar el trono del motociclismo mundial tras cinco años de sequía. Entre aquel domingo en Tailandia y este de Japón hay 2.184 días de una de las grandes historias del deporte mundial y el regreso más grande jamás contado.