
El delantero compostelano del Celta jugó toda la segunda mitad y creó tres claras ocasiones en los 10 primeros minutos, dos de ellas de cabeza
14 oct 2025 . Actualizado a las 23:29 h.Borja Iglesias aumentó sus minutos y sus prestaciones en su cuarto partido con la selección española, el segundo en esta ventana del mes de octubre. El Panda saltó al campo en el descanso en sustitución de Samu, que había sido el titular, y nada más entrar, en el margen de diez minutos, creó tres claras ocasiones; después, colaboró en la jugada del 3-0 y estuvo muy activo. Fue uno de los protagonistas de un segundo acto en donde la selección española certificó el triunfo (4-0) y dio un paso definitivo hacia el próximo Mundial.
Su irrupción en el partido no pasó desapercibida. El primer balón que tocó el atacante del Celta fue un cabezazo que interceptó el portero de Bulgaria cuando iba de camino a la red. Grimaldo había sacado un excelente centro desde la izquierda, el compostelano, en el segundo palo, se separó de su marcador y ganó espacio para rematar. Un par de minutos después, dejó el área y se fabricó un disparo duro, raso y cruzado desde la frontal que volvió a atajar el meta rival.
La tercera ocasión fue seguramente la más clara. Álex Baena centró desde la izquierda y Borja se elevó solo en el corazón del área pequeña, pero su cabezazo salió fuera por poco a la derecha del portero. Poco después, llegó el 2-0, que rompía por completo el partido y, a reglón seguido, el 3-0 en propia meta de Chernev, pero para que eso ocurriese, el futbolista gallego salió fuera del área a combinar y siguió la jugada al milímetro, tanto que de no marcar el defensor en propia meta, el balón le hubiese caído a él.
La aportación del céltico fue mucho más allá de las ocasiones. Con el partido roto y Bulgaria centrando todo su empeño en defensa y en dejar al rival sin espacios, Borja Iglesias siempre se ofreció para jugar de espaldas, a abrir el juego y descargar hacia un compañero y, como hace cada día con Claudio Giráldez, también presionó al rival cuando intentaba salir con el balón controlado. De hecho, en su cuenta de resultados hay una recuperación.
El delantero que comenzó a darle patadas al balón en el colegio La Salle de Santiago, que en su día renunció a la selección por el polémico beso de Rubiales a Jenni Hermoso, cierra su regreso dos años después participando en los dos partidos (71 minutos en total), demostrando que es un perfil diferente a los delanteros habituales en las convocatorias de Luis de la Fuente, que combina con este tipo de juego por su carácter camaleónico y postulándose para volver en el futuro. Todo, sin renunciar a sus ideas, que no dejan indiferente a nadie.
Para conseguirlo, no le vendría mal el aval de seguir marcando goles con el Celta, con el que anotó en seis encuentros consecutivos en este arranque. Le esperan siete partidos en un mes antes de saber si habrá una quinta vez vestido de rojo.