El mejor Bellingham guía el cambio de tercio (2-1)

José Manuel Andrés COLPISA

DEPORTES

AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

El inglés, con gol y asistencia, lidera una buena versión colectiva del Real Madrid, que frena la sangría en los clásicos y pone tierra de por medio en la Liga

26 oct 2025 . Actualizado a las 20:43 h.

Xabi Alonso ya tiene la primera gran victoria de su etapa al frente del Real Madrid. Se le discutía al técnico guipuzcoano el desempeño de su equipo en las fechas señaladas y de un plumazo se quitó el sambenito, gracias en gran medida a un muy buen tono colectivo de su equipo, sacrificado como nunca, pero también a la mejor versión de Jude Bellingham, un elemento diferencial que tanto echaba de menos el conjunto blanco.

Y eso que el Madrid comenzó nervioso, con errores de Huijsen y Camavinga, la gran novedad del once blanco para reforzar el centro del campo, que propiciaron la primera llegada de peligro azulgrana, en las botas de Rashford. Fue parte de un inicio fulgurante, aderezado a continuación por la acción en el área culé entre Lamine Yamal y Vinicius que Soto Grado juzgó como penalti sobre el césped, antes de que desde el VAR, Iglesias Villanueva enmendase la plana al riojano pues fue el madridista el que golpeó primero.

Después de un comienzo eléctrico, estaba el clásico todavía en definición, en mitad de la disputa, cuando Mbappé, elemento diferencial en un estado de forma demoledor, comenzó a hacer de las suyas. El francés conectó una volea muy lejana que convirtió a Szczesny en una estatua, pero la acción fue finalmente anulada por un fuera de juego milimétrico del atacante, detectado otra vez a instancias del VAR.

Más allá de la polémica del accidentado inicio, parecía más cómodo el Madrid, capaz de ejecutar una presión suficiente para ahogar el inicio de la jugada azulgrana. Sin la mejor versión de su gran virtud, el Barça adoleció de su principal defecto, pues Bellingham superó la clásica defensa adelantada culé con un pase de tiralíneas, magistral, para el desmarque de Mbappé, que ni un atisbo de duda dejó a la hora de definir ante Szczesny.

La ventaja no relajó a un Madrid muy enchufado, que redobló su amenaza a través del cañón de Valverde, un cohete que no renuncia a la amenaza ni ejerciendo de lateral derecho. Mientras, el Barça, sufría incómodo sin la pelota, con las líneas muy distantes. Solo cuando agarró el balón pudo respirar algo el cuadro catalán, pero su posesión fue inocua y el encuentro se le pudo poner aún más cuesta arriba con un remate de Huijsen, tras servicio de Tchouaméni, que rechazó como pudo el atareado Szczesny.

Una conducción de Eric García, al más puro estilo líbero, explicó su titularidad y propició la primera aparición del Barça por el área merengue en muchos minutos, que Ferran finalizó a las manos de Courtois. Respondió el Madrid, con la primera intentona de Vinicius y un disparo más de Bellingham. Parecía en territorio blanco un clásico muy próximo al descanso, cuando una pérdida de Güler, propiciada por la presión azulgrana, sacó a la luz la vía de agua blanca, ratificada por el empate del entonado Fermín López, cada día más asentado como indiscutible.

Con la igualada, el duelo entró en una dinámica de ida y vuelta vertiginosa. Ahí, en la montaña rusa, suele desempeñarse a su antojo el Madrid, que electrizado por Vinicius, encontró un apurado servicio al segundo palo del brasileño, tocado a su vez por Militao al corazón del área, donde Bellingham, como ante la Juventus, estaba donde hay que estar.

Otro tanto anulado a Mbappé, este por un fuera de juego palmario, llevó el clásico al descanso bajo altísimas revoluciones. La pausa, necesaria, no redujo el ritmo de un encuentro trepidante, pues Fermín y Vinicius dejaron pronto las primeras incursiones en territorio rival del segundo acto. El clásico entró de nuevo en ebullición con la mano de Eric García en el área visitante, que otra vez bajo el auspicio del VAR, propició el penalti marrado por Mbappé merced a una fantástica estirada de Szczesny.

Conla pugna todavía muy viva, en el aire, el toma y daca se incrementó con una acción en la que Fermín pecó de individualista. Rashford y Ferran acompañaban al andaluz en situación favorable para aprovechar una contra más que interesante.

Bajón físico blanco

Superada la hora de juego, la tendencia del juego se invirtió a un escenario más favorable al Barça, que comenzó a adueñarse del partido a base de balón. Posesiones azulgranas muy largas y un evidente bajón físico del Madrid, fruto del intenso esfuerzo, cambiaron el paisaje. Sin embargo, el riesgo con el que coquetea el equipo de Flick por convicción, propició otro tanto anulado del Madrid, esta vez de Bellingham, por fuera de juego previo del recién entrado Brahim.

Xabi Alonso refrescó las piernas de su equipo con los cambios, que provocaron otro enfado público de Vinicius, siempre abonado al incendio. Mientras, el banquillo foráneo entraba en acción con la entrada de Araujo, que a la desesperada como frente al Girona, ejerció como improvisado delantero. Así, en mitad de la fatiga general, el clásico se fue apagando con las últimas intentonas azulgranas. Koundé, otro teórico defensa, estuvo cerca del empate, pero falló en el control tras un servicio de Lamine Yamal, discreto después de tanto ruido alrededor de su figura.

Había cuentas pendientes por las declaraciones de la estrella azulgrana y la tensión de un final apretado, con expulsión a Pedri de por medio, se desbordó con un epílogo muy feo, indigno de un partido trepidante, que propició el cambio de tercio entre los grandes con la mejor versión de Bellingham.