Amadeo Rodríguez, siete lustros de apoyo a Cruz Roja en Lalín

Martín Losón / j. b. LALÍN / LA VOZ

DEZA

rober amado

Este vecino será uno de los veinticinco homenajeados hoy por la entidad

02 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Dicen que la solidaridad debe ser el idioma del mundo, la capacidad de dar sin esperar recibir nada a cambio, una gran virtud muy difícil de encontrar. El lalinense Amadeo Rodríguez, de 76 años, sin duda la posee, lleva ya 36 siendo el socio más antiguo de la Cruz Roja en la capital de Deza. Más de siete lustros, desde septiembre de 1978. Será uno de los 25 socios homenajeados por la entidad benéfica, a los que se entregará un diploma de reconocimiento a la fidelidad y compromiso hoy, a partir de las 19.00 horas, en el salón de actos del Auditorio Municipal de Lalín.

Rodríguez es socio de la institución humanitaria que presta servicios a los más necesitados alrededor del mundo. Comenta que empezó a colaborar de la mano de Emilio Pazos, «fíxenme socio porque naquela época pareceume boa idea colaborar coa Cruz Vermella, que tiñan a localización na antiga escola de Catasós».

Amadeo Rodríguez trabajó de marmolista en la zona del Deza durante toda su vida. Es un hombre de mundo, pues lo tiene bien recorrido. Su paso por América lo ha llevado desde la Pampa argentina, pasando por la tierra de Fidel Castro hasta llegar a la Quinta Avenida de Nueva York. Su predisposición a colaborar de forma directa en el voluntariado siempre estuvo patente, «eu apunteime tamén, por se era necesario que axudara por si pasaba algo, pero en todos estes anos o meu cometido só foi unha aportación económica anual».

Este lalinense solidario afirma que son malos tiempos los que corren y que toda ayuda es poca, en su caso incluso estaría dispuesto a aumentar su cuota con tal de que en Lalín se elaborasen iniciativas a favor de los más necesitados, como por ejemplo un comedor social. Destaca también que los más afectados son los jóvenes, «a min preócupame a xente nova, non ten onde traballar e non saben por onde comezar a súa vida».

El hambre, el mayor problema

Con respeto a tiempo atrás, Amadeu Rodríguez considera que el hambre también es uno de los problemas más graves, cree que antaño la hambruna se podía solucionar con pequeños cultivos que solían poseer las familias, hoy en día con la industrialización y el acercamiento de la gente a la ciudades grandes ha hecho que esta necesidad no se pueda paliar como antes, «agora xa non todo o mundo ten unhas terras para prantar unhas patacas, unhas leitugas ou uns tomates que eso sempre axuda».

Su afán de colaboración no es único en su familia, ya que lo comparte con su mujer que también es socia de otra ONG, Aldeas Infantiles: «Sempre nos gustou colaborar con estas asociacións, creemos que fan un traballo moi necesario para a sociedade». En cuanto a su vida, dice que ha sido un hombre que ha viajado por satisfacción, ha recorrido mucho pero donde más necesidad ha visto ha sido en Cuba. Resalta que «xa fai tempo que fun, e agora non sei como está, pero alí un dase conta do que é a necesidade».

Este vecino lalinense es un claro ejemplo, ante la crisis como enfermedad que se está llevando por delante a muchas familias, de que la humanidad de algunos como Rodríguez sería una gran ayuda para aquellos que se ven con la soga al cuello.

«Apunteime por se era necesario que axudara se pasaba algo», resalta este socio