Álex Ferradás, con la ilusión de probar el rugbi desde su silla de ruedas

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

DEZA

E CUIÑA

Ferradás vive con intensidad su labor al frente del club lalinense y las pruebas de ciclismo adaptado

06 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Andorrano de nacimiento, lalinense de corazón. A Álex Ferradás Gallego todos lo conocen por su lugar de origen. Su alias de guerra sobre el césped, cuando comenzó a jugar al rugbi de pilier en el Coreti Lalín. Lo hizo con 17 años, tras coquetear antes con otros deportes como yudo, natación, baloncesto o balonmano. Pero llegaría un accidente laboral en el 2006. Y demostró tiempo después que no hay barreras para disfrutar del deporte, asumiendo retos de primer nivel como el maratón de San Sebastián o el Desafío Islas Cíes. Eso sí, lleva la camiseta abellona en el corazón, ostentando desde el 2017 la presidencia del club.

Recaló en el rugbi a través de unos amigos. Probó y hasta hoy. «É o deporte que é máis cun deporte», sentencia Álex Ferradás. La sensación de comunidad, los vínculos estrechos, el tercer tiempo,... marcan en el ADN. Comenzó a jugar como juvenil pero el accidente truncó esa faceta, para pasar a seguirlo como aficionado, cronista de los partidos para los medios de comunicación, elaborando carteles, colaborando con directivas hasta que en el 2017 asumió la presidencia. Resta importancia al cargo, tildándolo de simbólico, porque «somos unha xunta unida, coas ideas claras e implicación polo traballo en equipo».

«Abellón se nace», recalca Ferradás, en un amor a primera vista que le aportó momentos gratificantes como jugador hasta los 22 años y lo sigue haciendo. El rugbi, afirma, tiene larga trayectoria en Lalín pero también mucho futuro. Su voz se emociona al hablar de los niños de la escuela o el equipo sub 14, retomado en esta última temporada. Pero además por la implicación constante de jugadores, cuerpo técnico, socios y padres, que facilitan la toma de decisiones para mantener el rumbo querido para el club.

El presidente del Coreti Rugbi Lalín calificó de satisfactoria la temporada, por número de fichas y resultados cosechados. Cuarto puesto en liga tanto del cuadro sénior masculino como del femenino, en Primera Territorial, con la guinda en el caso de las segundas del título de Copa, junto al papel «moi digno» de los sub 14 en su debut. A ello se une la buena situación económica, tras enjugar este año el pequeño déficit con el que habían cerrado el 2019.

Con nuevo entrenador, el argentino Ernesto Barboza, Ferradás incidía en la pretensión de mantener el grueso de la plantilla masculina, en su mayoría en la horquilla de 22 a 28 años, junto con algunos veteranos. Los jóvenes deberán dar un paso adelante, asegura el presidente rojinegro. El sueño está en entrar en la pelea por el ascenso a División de Honor B, lo mismo que con Panteira al frente del cuadro femenino. Pero la ilusión en la entidad está ahora en lograr salir con equipo sub 16, si atraen el suficiente número de jugadores.

Para Álex Ferradás queda aún mucho futuro en un club con 32 años ya de historia, afirmando que solo gestionan un legado «de xente que pelexou por darlle continuidade e queremos facelo tamén nós, que os que veñan teñan o traballo labrado». Ensalzó además el carácter competitivo del club o las llamadas de jugadores en las selecciones gallegas, con algunas promesas de futuro.

Recuerda Ferradás que Lalín cuenta con una cantera de la que surgieron nombres de primer nivel, como Rocío García Eiras o Aleixandre. «Son xogadores únicos e que ogallá algún día poda saír de novo algún da súa talla. A base de pegando forte, hai rapaces e rapazas no clube con moita capacidade de evolución, o tiempo dirá; o noso obxectivo é intentar formar os mellores xogadores, pero sobre todo mellores persoas cos valores do rugbi», dice.

El contacto, las melés, los empujones por hacerse valer,... así entiende Ferradás el rugbi, su esencia. Compartió césped y batallas con jugadores aún en activo como Julito, Muiños, Piñeiro o Bilí. Pero en el 2006 su vida daba un giro de 360 grados con su accidente en Portugal: lesión medular y tetraplejia. Tocaba rehabilitación y en el verano del año siguiente comenzó a nadar. «Gustoume tanto esa sensación de liberdade que empecei a facer natación de xeito habitual», comenta, añadiendo que se unió ya en el 2014 al proyecto Working Wheels, retomando de forma más constante el deporte. Llegaron retos ya mencionados como el maratón y el Desafío Cíes.

Desde el 2016 continúa vinculado al proyecto Woorking Wheels ayudado por otras personas y con colaboración de equipos, clubes, asociaciones y colectivos ya participó en más de 20 travesías a nado en río y mar, como la Heroica en los cañones del Sil, así como en un múltiples carreras con handbike, entre ellas la Behobia o la Vigbay.

En ciclismo adaptado Ferradás compite desde el 2017, con tres campeonatos de España a sus espaldas, además de pruebas de la Copa de España. Confía en terminar el circuito de estas pruebas del 2020 cuando se retomen tras el parón por el coronavirus, así como regresar a las travesías de mar. Entre sus ilusiones, probar el rugbi en silla de ruedas y disfrutar de nuevo de su deporte. Entrena seis días a la semana.

«Foron moitas as persoas que me levan apoiado nestes tempos e estou moi agradecido, tamén a toda a xente que fai posible que sega habendo rugbi en Lalín e que nos permite seguir escribindo páxinas de historia deste clube», quiere concluir Ferradás, afirmando que siempre seguirá siendo abellón. Y trasladó ese agradecimiento a quienes le ayudaron a cumplir y lo harán día a día para seguir con retos deportivos y personales, «especialmente á miña familia e amigos».