El emprendedor que quiere convertir A Estrada en capital de la integración

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

Miguel souto

Juan Luque capitanea un proyecto para emplear a 500 personas con discapacidad

06 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Juan Luque López (Badalona, 1958) tiene alma de emprendedor y ganas de vivir en un mundo mejor. Por eso hace años que orientó su carrera hacia la inserción laboral de las personas con discapacidades y por eso ahora pretende llevar a cabo un proyecto que compagina la integración laboral con la protección del medio ambiente. «Queremos recoger a domicilio los aceites domésticos usados y crear una planta en A Estrada para reciclarlos», resume.

Juan Luque se inició profesionalmente en su Cataluña natal en el mundo de la imprenta y de las artes gráficas. Su idealismo pronto lo empujó hacia la integración laboral de las personas con discapacidad. Montó una empresa de inserción laboral, una ETT social para fomentar la empleabilidad de las personas discapacitadas. Sin embargo, la crisis del 2008 dio al traste con el proyecto. «Teníamos convenios con la Generalitat y con el estado español, que ofrecían ayudas a la contratación de personas con discapacidades que trabajaban en empresas de distintos tipos: de limpieza, de automoción... Llegamos a tener 1.500 personas empleadas en España, pero con la crisis las empresas dejaron de contratar y hubo que reciclarse», explica Juan Luque.

Fue entonces cuando el emprendedor y sus socios volvieron la vista al reciclaje de aceites domésticos. «Realmente, no fue idea mía. Fue algo que me sugirieron, pero a mí me encantó. Tuvimos que empezar de cero y aprenderlo todo. Fui a Düsseldorf (Alemania) para visitar algunas empresas que se dedican a la fabricación de biodiésel y también contactamos con Audi para estudiar las posibilidades de estos combustibles. Nos metimos de lleno en el sector. Fue así como nacieron la Fundación Olidís y el proyecto para crear una planta de reciclaje de aceites usados», explica Juan Luque.

Estradense por amor

Llegados a este punto se impone la pregunta. ¿Por qué en A Estrada? ¿Por qué un empresario catalán ha elegido de entre todos los municipios del estado precisamente el estradense? Básicamente, por amor.

«Me enteré de que se vendía una planta de biodiésel en Begonte y fui a verla. Entonces estábamos valorando adquirirla para desarrollar nuestro proyecto. Pero allí pude comprobar que estaba desmantelada. Al final la planta no nos interesó, pero yo me quedé en Santiago un tiempo y ahí fue donde conocí a la que hoy es mi mujer, Natalia Pereira, que es de A Estrada y tiene una autoescuela en Santiago», explica el emprendedor. «Decidí echar raíces y decidí que tenía que ser en Galicia, así que empezamos a buscar emplazamientos para sacar adelante el proyecto en Galicia y a ser posible en A Estrada, porque fijamos aquí nuestra residencia», comenta. «Mis compañeros de Olidís estuvieron de acuerdo y aquí hablé con distintos empresarios para conseguir materializar el proyecto, que tuvo muy buena acogida. A mí me encanta esta tierra, me han acogido muy bien y lo que vengo es a sumar. Quiero agradecer la atención que me ha prestado el alcalde, José López. Ha sido entrañable hacia mi persona. A veces no hace falta que las administraciones te apoyen con dinero, es más importante esa palmada, que se agilice la documentación, por ejemplo, para seguir adelante», confiesa Juan Luque.

La Fundación Olidís ha sido impulsada por un grupo de seis empresarios de Cataluña y Galicia y cuenta también con participación de algún estradense. Su proyecto de recolección de aceites domésticos para reciclarlos y convertirlos en biodiésel y otros productos a través de la puesta en marcha de un centro especial de empleo para personas con discapacidades ha sido inscrito en el registro científico e intelectual de la Generalitat y también en el registro nacional de patentes y marcas. Según explica Luque, en España existe alguna otra planta de reciclaje de aceites, pero esta será la primera que emplee a personas con discapacidad. «El 90 % de los empleos serán para personas con discapacidades. No hay que olvidar que el 12 % de la población gallega tiene alguna discapacidad. Solo en A Estrada hay 2.500 personas con alguna», dice el promotor.

«Queremos ser autosuficientes, no vivir de las subvenciones y ayudas del Estado»

Según explica Luque, la Fundación Olidís ha cerrado un acuerdo con el empresario Miguel Villar para adquirir una parcela de 7.200 metros cuadrados en el polígono industrial de Toedo para construir la planta de reciclaje de aceites. «El acuerdo está cerrado. Falta completar el papeleo», dice el promotor. La Fundación tiene previsto iniciar las obras de la planta de reciclaje de aceites en febrero. Según explica Luque, los socios disponen del presupuesto necesario para echar a andar el proyecto. «Serán unos 2,5 o 3 millones de euros, sumando el terreno, la construcción y la maquinaria para la puesta en marcha», cuenta.

La Fundación prevé la contratación de entre 450 y 500 personas para hacer la recogida puerta a puerta de aceites domésticos usados, tanto en establecimientos de hostelería como en domicilios particulares.

El litro se pagará a 10 céntimos

«Cada personas que colabore con el reciclaje recibirá un carné y se le pagarán 10 céntimos por litro de aceite recuperado. Se calcula que una familia genera unos 36 litros de aceite al año. Imagínate lo que significa para el medio ambiente que todo eso se vaya por el desagüe. Abrimos una lata de conservas y el primer gesto es escurrirla en el desagüe. Hay que conseguir cambiar ese gesto, por eso nosotros también estamos haciendo trabajo de concienciación desde la base, desde los colegios», comenta Luque.

Los aceites recogidos se trasladarán a la planta de reciclaje de Toedo, que será un centro especial de empleo en el que está previsto que trabajen 50 personas. En la planta el aceite se limpiará y se reciclará en distintas gamas de productos. «El potasio se le saca y se vende para fertilizantes, el aceite sacándole el olor y color se utilizará para cosmética, a partir de él también se puede fabricar jabón líquido y también biodiésel para automoción y calefacción, a partir del que además se pueden fabricar desengrasantes. Se aprovecha todo y no se generan residuos», dice Luque. A la larga, la idea es comercializar todos los productos con marca propia. «Queremos ser autosuficientes, no vivir de las subvenciones y ayudas del Estado», asegura el promotor.