«Recollimos a metade da produción de mel que tivemos o ano pasado»

Rocío Perez Ramos
RocÍo RAmos LALÍN / LA VOZ

DEZA

miguel souto

Los apicultores cierran en la zona una temporada que vuelve a ser regular

15 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Los apicultores de la zona ya acabaron de recoger la miel y la cosecha, al igual que los últimos años no ha sido buena. Un descenso que cifran entre un 50 y un 20%. David Liñares de D Liñares señala que «eu collín a metade que o ano pasado». También Fernando Fernández hace el mismo cálculo, de la de recogida de la mitad de la cosecha de otros años.

En cuanto a las variedades de miel, las condiciones meteorológicas impidieron a las abejas sacar el normal rendimiento de determinadas floraciones. Antonio Gómez Tapia de Mel do Saldoiro explica que «do brezo pouco colleron ou nada porque houbo floración e estaba ben pero soprou moito vento do norte e non puideron traballar e recollerla». En su caso también califica la cosecha de regular, en su caso, en torno a un 20 % menos. Alberto Cachafeiro de Mel do Cortizo coincide con otros apicultores de la zona en una mala cosecha en la que se recogió básicamente miel multifloral y, algo de castaño, indica. Las que menos va a vez en esta zona son la de brezo y eucalipto.

En el ciclo de julio, apunta Liñares, «as abellas deixaron de meter mel, normalmente soían meter mel 20 días máis e castiñeiro imos ter, pero non a cantidade que debería haber». La culpa la tuvo el tiempo y el viento que hizo que justo cuando la flor tenía su néctar listo parte de ese tiempo las abejas no pudieran salir a recogerlo.

A junio de este año, fecha de la última actualización de la pagina web Mel de Galicia, se cifraban en siete el número de envasadoras certificadas de la Indicación Xeográfica Protexida Mel de Galicia. De ellas seis están ubicadas en el municipio de Lalín y una en Vila de Cruces.

Tras la recogida la miel se deja decantar y reposar unos 15 o 20 días y se analiza antes de envasar para realizar los diferentes lotes, según los tipos de miel.

A la lacra de los incendios, que afortunadamente este año apenas sufrimos, se suman enfermedades que afectan a las abejas como la varroa cuya lucha requiere poner los tratamientos de forma minuciosa y controlada porque uno de los problemas es la resistencia que van generando estos ácaros a los tratamientos.

Precios bajos, un mercado saturado y competencia a granel

Los precios en cuanto a la miel envasada, explica Liñares, «son continuístas e non van a subir porque hai un montón de oferta». En el precio de mayoristas «vanse manter os prezos do ano pasado que xa eran moio baixos». En la miel a granel la competencia llega de fuera de países como «China que o mete en moitos casos a través de países como Ucraína, ven ademais de Sudamérica de Turquía, e o problema e que en moitos destes países con hai unhas garantías de control». Destaca que la única garantía es la compra de mieles con denominación de origen como es el caso de la gallega «o resto non sabes de onde ven. Ponche na etiqueta meles orixinarias, pero non sabes de onde ben, e o 50 % da mel que hai no mercado é mel adulterada», explica.

Tras enganchar muchos años malos, la apicultura pasa por horas bajas. Para muchos supone una segunda o una tercera actividad. Empezar ahora en el sector es difícil «con prezos baixos, mercados extrasaturados, controles poucos, fraude no mel, as velutinas, a várroa, os incendios... non esta sendo anos fáciles» explica Liñares. Pese a todo, apuntan hay quien se apunta cada año, aunque pasado un tiempo muchos lo acaban dejando. Creen, dice, que «a inversión é pequena, pero non é así. Tes que ter unhas instalacións, colmeas, unha maquinaria, enxames, un montón de historias e non se botan os cálculos».

Ataques continuos de velutinas a las colmenas que no cesan en un estío que se alargó

En las últimas semanas las elevadas temperaturas propiciaron que los ataques continuasen y los apicultores de la zona se quejaban de que «están criando as futuras raíñas para o ano que ven e están comendo moitas abellas».«Este ano houbo humidade e calor durante o ciclo das velutinas e iso lles favoreceu moito», explican. La lucha contra este insecto es constante por parte de los apicultores pero, pese a todo, continuaban encontrando velutinas. Este año, explica Liñares, «hai unha burrada de niños. Eu en 20 días levo sacado máis de 200 niños», comenta. Una proliferación que se extiende «ao monte, aos núcleos urbanos, á periferia, hainos en todos os lados, pero se ven máis por onde anda a xente, vas co coche pola autopista á beira do monte e ves un montón delas». El cambio climático también contribuye a que las velutinas lleguen cada vez a zonas más altas incluso al Candán.

El clima ahora, explican los apicultores, está siendo mucho más suave y se van expandiendo. Y eso, dicen, que seguramente se ve una pequeña parte de los que hay. «Agora fannos arriba, no chan, en tellados por debaixo dunha tella». Este año, a diferencia de otros años, y a causa del tiempo, la proliferación de velutinas fue en aumento y estos insectos fueron objeto de una lucha continua por parte de los apicultores que no siempre ganaron la batalla y a los que cada vez les es más difícil combatir esta plaga.

Los profesionales del sector alertan también del problema de seguridad ciudadana que acarrean en ciclos como el del este año que se fueron alargando en el tiempo a causa de la ausencia de lluvia y unas temperaturas que se mantuvieron más altas.