Aplauden el archivo del parque eólico de Cabanelas pero sin bajar la guardia

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

cedida

Alarma na Terra de Montes tiene constancia de nuevos proyectos en la zona

17 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El archivo del parque eólico de Cabanelas decretado por las Consellería de Industria y oficializado este jueves con su publicación en el Diario Oficial de Galicia ha sido acogido con ilusión por parte de los activistas locales que se oponen a lo que consideran una auténtica invasión eólica.

Desde el colectivo Alarma na Terra de Montes la portavoz María Campos subrayaba ayer que el archivo del proyecto es la consecuencia natural de un parque que, según recuerda, ya contaba con una declaración de impacto ambiental negativa desde el año pasado. El colectivo se felicita por el hecho de que la supresión del parque sea oficial al fin, pero se pregunta cómo es posible que este parque eólico en concreto sea inviable medioambientalmente y en cambio otros situados en la misma comarca —con una fauna, una flora y unas características del terreno idénticas— cuenten con informes medioambientales a favor.

El parque de Cabanelas estaba proyectado por Greenalia Wind Power entre los municipios de A Estrada, Forcarei y Cerdedo-Cotobade. En este mismo entorno geográfico están también los parques eólicos de As Penizas, Porto Vidros, Campo das Rosas y Touriñán III-2, los cuatro con la declaración de impacto ambiental aprobada. El primero de ellos tiene ya autorización administrativa previa de construcción. El segundo —muy polémico por afectar al hábitat de las bestas que nutren la Rapa de Sabucedo—también, pero está paralizado cautelarmente y recurrido en el juzgado por varios colectivos ecologistas, la asociación Rapa das Bestas o los concellos de A Estrada y Cerdedo.

Un cuarto parque, la ampliación de As Penizas, está en fase de estudio para su declaración de impacto ambiental.

Desde Alarma na Terra de Montes advierten que no bajarán la guardia y seguirán vigilantes para tratar de frenar la invasión eólica. Según aseguran, tienen constancia del desembarco de al menos dos nuevas empresas en la zona —una sueca y otra nacional— tanteando con los propietarios la cesión de terrenos para la implantación de otros proyectos eólicos.

Asimismo, se teme la implantación de otro proyecto en la misma área para la instalación en los montes de megabaterías para el almacenamiento de la energía producida.