«El cáncer me ha regalado una vida nueva y el cambio resulta rentable»

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

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Este joven lalinense se fijó durante su lucha contra un linfoma de Hodgkin 13 retos. Ya viajó a Nueva York y se prepara para ir a una escuela shaolin

02 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado 29 de mayo Luis Manuel González Coego celebraba su primer cumpleaños aunque ya tiene 28 tacos a su espalda. Pero su joven biografía quedó marcada por un linfoma de Hodgkin contra el que luchó durante siete meses. Y este pasado miércoles tocaba festejar que hacía 365 días le anunciaron que estaba curado del cáncer. Ese tiempo de tratamientos, donde apeló a la fortaleza mental para combatir la debilidad del cuerpo, le supuso una catarsis personal a este empresario de Lalín que daba un giro copernicano a su vida. Y en esas muchas horas de hospital confeccionó una lista retos a cumplir si sobrevivía.

Coego, como lo conocen sus amigos, plasmó trece desafíos en un papel. Asegura con una sonrisa en los labios no ser supersticioso y que llegó a esa cifra porque es el número preferido de su madre, uno de sus sostenes en esa época de zozobra. Y ya cumplió el primero. Poco después de una revisión médica emprendió viaje a Nueva York. Una semana para descubrir en solitario la ciudad de los rascacielos, de donde regresó el pasado domingo. Ya prepara otro, que prefiere no desvelar para no gafarla, aunque sí conocemos dos con nombre y apellidos, que difundía a través de sus activas redes sociales: ver auroras boreales y acudir a una escuela shaolin.

En agosto le tocará de nuevo consulta pero se muestra confiando en que esa palabra maldita para muchos siga hibernada dos años después. «Me encuentro en el mejor momento de mi vida y el día en que se cumplió el año desde que me dijeron que estaba curado se produjeron un cúmulo de sensaciones, pero todavía tengo que decidir cómo celebrarlo», resaltaba. Una enfermedad que no le dejó traumas, más bien al contrario. «El cáncer me ha regalado una vida nueva y el cambio me ha salido rentable, va conmigo donde voy para bien o para mal, pero más para bien; lo pasé mal pero para mi es una experiencia de vida, a pesar de quitarme un año», remarca.

«Creo que estoy en el momento más feliz de mi vida en todos los sentidos, tanto física como emocional y psicológicamente, lo que me motiva para seguir adelante con mis proyectos», comenta Manuel. Acudir al gimnasio, correr, andar,... para estar en forma figuran en su día a día, esperando que el buen tiempo también le permita jugar al tenis. Además retomó su afición a pinchar música como DJ, ya que hace tiempo lo hacía casi todos los fines en semana en Lalín. Ahora lo pretende hacer de forma más puntual.

Pero sin duda mucho de su tiempo tiene a las redes sociales como protagonistas. Ya había picoteado en alguna antes de su enfermedad, pero ahora se ha volcado con el anhelo de convertirlo en una fuente de ingresos. «Quiero vivir de esto, con un sueldo digno, porque antes tenía cierta vergüenza de contar cosas personales, dar la cara, y el cáncer me quitó ese pudor», explica desvelando que ya tiene casi 100.000 seguidores en Tik Tok, además de canal propio en Youtube (manucoego) y cuentas en Fabeook o en Instagram (@manucoego), donde roza los 2.700.

Un camino que por ejemplo le llevó a elaborar un vídeoblog cuando estuvo hace un par de meses en Santiago de Chile, que tuvo mucha aceptación. Estos días está preparando material con grabaciones que hizo en Nueva York, editando para subir a sus distintas plataformas. «No buscas seguidores sino que la gente se vaya sumando, que te vaya conociendo y les gusten los vídeos; es como el amor, cuando más lo buscas menos te viene a ti, es mejor no perseguir, no debes ir a cazar las mariposas sino lo que tienes que hacer es construir un jardín bonito para que ellas vengan», reflexiona. En espera de consolidar esa vía de ingresos, los logra como DJ o en márketing digital, elaborando publicidad para pequeñas marcas.

Manuel quiere ser Manuel, descarta calificarse de influencer. Solo busca que le conozcan, que detrás hay «un espíritu de resiliencia enorme y que la gente que pasa por algún problema se vea reflejada en mí y le pueda motivar o ayudar», resalta. Por ahora queda descartado recuperar la firma de ropa, Kalma, que tenía antes de la enfermedad junto a otro socio, con camisetas que vestía por ejemplo Broncano.

Su libro le llevó a ayudar a otros, como un niño de trece años con su misma dolencia

La palabra ayuda figura destacada en el diccionario personal de Manuel Coego. Él la tuvo cuando la quiso y la necesito, tras un aislamiento personal inicial por decisión propia. Buscó ofrecerla narrando su propia experiencia personal en un libro, ahora en redes sociales. «Mucha gente me está diciendo que le está sirviendo de ayuda lo que cuento, para afrontar un problema y ver que no hay nada imposible», resalta, lanzando mensajes que la gente pueda entender y le aporte por ejemplo motivación para superar cualquier problema. «Demostrar que se puede pasar de la habitación más oscura de la vida a alcanzar la luz», sentencia.

Después del libro, en torno a un mes, comenzó una de esas historias que merecen contarse. Un madre contactó con este lalinense porque su hijo de trece años también fue diagnosticado de linfoma de Hodgkin como él. «Me dijo si le mandaba un saludo y desde entonces mantenemos el contacto; me hizo mucha ilusión que un día que estaba en la sala de quimioterapia me mandó una foto la madre de él leyendo mi libro, y ya mereció la pena lo que pasé, lo que me costó escribirlo», cuenta con voz emocionada. Además a este adolescente le va bien, en un momento por edad más complicado que el suyo.

La publicación, que autoeditó, lleva en torno a cinco meses en el mercado y tuvo una gran aceptación. Y además con un trasfondo solidario, ya que los fondos recaudados los destinó a la Asociación Española contra el Cáncer. «Estoy orgulloso de que después de tanto tiempo del lanzamiento me sigan hablando de él, porque lo hice como algo persona, no importaba el número que se vendieran», argumenta este joven repleto de sueños, de vida, de profundidad, de sabiduría a sus solo 28 años. Capaz de decir sin miedo que el cáncer puede ser un revulsivo.

Cumplir esos sueños antes de la treintena, el objetivo

Coego está centrado, al margen de las redes sociales, en cumplir esos trece sueños antes de la treintena. Con menos de dos años por delante, Nueva York fue el pistoletazo de salida. «Hay que degustar la vida», sentencia y precisamente viajar figura entre sus pasiones, junto al deporte o la música, y series de animación como Bola de dragón y su protagonista, Son Goku. Quiso posar ante la cámara con las bolas de este personaje.

Respecto al viaje a la Gran Manzana, hubo dos meses de preparativos previos para conseguir billetes a un precio asequible o el alquiler de la habitación en un piso. Por cierto su vídeo sobre el estado en que se encontraba ya se hizo viral, con más de 300.0000 visitas. «Dejaba un poco de desear», reconoce entre risas, para afirmar que aún así le cogió «algo de cariño», aunque solo lo emplease para dormir. Y es que este joven lalinense madrugaba mucho para patear la ciudad, con una media de veinte kilómetros al día.

La Estatua de la Libertad, el puente de Brooklyn, el Madison Square Garden, el Museo de Historia Natural, Coney Island,... la lista de lugares de interés que visitó resultaría interminable. Sin duda aprovechó el tiempo al máximo, mientras ahora baraja su siguiente objetivo, ya casi cerrado pero que prefiere guardarse hasta cumplirlo. Pero a la par está informándose para cursar clases en una escuela shaolin, quizás en algún centro homologado de Europa o viajar a Oriente. Y Noruega previsiblemente será su destino hacia finales de año para asistir al espectáculo de las auroras boreales.

Todo ello lo pretende plasmarlo a través de sus redes sociales. Ya se acercó a ese mundo con catorce años, aficionándose a Instagram cuando salió. Fue algo con lo que fue creciendo, cuando surgían móviles y wasap, con una visión muy diferente a la actual, «donde está todo muy adulterizado, abusivo, entonces no eran así, era más sano estar en las redes sociales y ahora yo quiero dar mi punto de vista sobre las vidas, comunicarlo».