David Faílde: «Si el año pasado me hubieran dicho que iba a debutar en Europa y que tendría minutos de muchísima calidad en Asobal, lo tacharía de locura»

David Cofán Mazás
David Cofán LALÍN / LA VOZ

DEZA

Nemanja

El guardameta de 18 años se ha hecho un hueco en el equipo de Asobal

27 mar 2025 . Actualizado a las 12:27 h.

David Faílde (Lalín, 2006) es una de las grandes promesas del balonmano gallego. Hace un año por estas fechas, todavía en edad juvenil, recibió la llamada de Julen Aguinagalde para incorporarse al CD Bidasoa. En un principio parecía destinado a formar parte del filial de Primera Nacional para, poco a poco, familiarizarse con el primer equipo.Sin embargo, el guardameta dezano se ha ganado por méritos propios un hueco en la plantilla de Asobal, entrando en la dinámica de los sénior tanto en la liga doméstica como en competición europea.

—Imagino que llevas unos días muy intensos respondiendo felicitaciones

—No deja de ser que paras el siete metros final y supone una enorme emoción, no ya el mismo día, sino durante los siguientes. Pero hay que seguir trabajando y no quedarse estancados en el partido del sábado, sino seguir pensando en el siguiente.

—¿Cómo te encuentras en la dinámica del equipo de Asobal?

—El año pasado si me hubieran dicho que iba a debutar en Europa y que tendría minutos de muchísima calidad en Asobal, lo tacharía de locura. En mi cabeza eso no cabía, vine aquí con la intención de entrenarme con los de Asobal, absorber como una esponja y tratar de aprovechar cada momento. Eso es lo que intento hacer en cada partido y entrenamiento. Asobal es espectacular, el nivel es increíble y la plantilla forma un grupo muy bonito.

—¿Notaste algo de vértigo al verte entrenando y compitiendo con los sénior?

—El día que llegue fui a ver un partido del Hondarribia porque iba a ser el equipo en el que, según imaginaba, iba a estar en dinámica toda la temporada. Justo después el Bidasoa jugaba un amistoso contra un equipo francés. Julen Aguinagalde me recibió y me dijo que me iba a presentar a la plantilla. Pensé “¿Cómo?” Entré al vestuario con gente a la que tenía como los mejores de España, fue súper impactante. Después el primer entrenamiento pude ir viendo como era cada uno y poco a poco te vas incorporando y conociendo a la gente. Un proceso natural.

—¿Percibes un salto muy grande al jugar en Asobal?

—Es una liga completamente distinta de lo que estoy acostumbrado. Jugadores que saltan más, que tiran más rápido, más fuerte, localizan mejor... Ya no es estar al 100%, porque cuando entrenaba con el Balonmán Lalín ya notaba diferencia de los juveniles al sénior, que tenía que estar a tope para estar a la altura. Pues aquí no hay que estar al 100 %, sino al 200 %. Y eso en los entrenamientos, en los partidos no hay momento para estar distraído, solamente puedo estar concentrado en cada defensa.

—¿Esperabas alcanzar este nivel tan rápido?

—En los primeros partidos de liga recuerdo estar con mis compañeros de Primera Nacional en las gradas del Artaleku. Cuando entrábamos al vestuario deseaba poder estar en dinámica del primer equipo, pero por méritos propios. Al final se acabó cumpliendo. Pienso que se debe al trabajo que realicé durante esta temporada y estoy con toda la ilusión para seguir ayudando al Bidasoa.

—¿Qué sentiste cuando te dijeron que el Bidasoa estaba interesado en ti?

—Fue un sentimiento bastante parecido a cuando me llegó la primera convocatoria con la selección española. Mi padre me comentó que le había llegado un mensaje de Julen y yo estaba a cuadros: ¡Julen Aguinagalde!, al que mi padre y yo veíamos en todas las competiciones de nivel absoluto. En la primera toma de contacto estuve muy nervioso por hablar con él, porque le tengo un montón de respeto. Mi padre, yo no tanto, tenía bastante interiorizado que al año siguiente me iba a ir.

—¿Cómo está siendo tu vida en Irún?

—Estoy compartiendo piso con tres compañeros y estudiando un ciclo superior de Dietética y Nutrición. Tengo que madrugar un montón, porque la asistencia es clave para los ciclos, e ir compaginando los entrenamientos con las clases, que es lo que más cuesta. Es difícil estar al día con las cosas de clase cuando faltas. Por ejemplo en febrero estuvimos 18 días fuera de casa. A eso hay que sumar los entrenamientos, que para Asobal son por la mañana, pero con esfuerzo todo es posible.

—¿Echas de menos Lalín?

—Como en casa en ningún lado. Es mi hogar y en mi vida me olvidaré de donde vengo. Mi corazón siempre estará en Lalín, pero es una etapa que iba a llegar tarde o temprano, sino fuera por el balonmano sería por los estudios.

«No considero que los siete metros sean mi punto fuerte»

El pasado sábado, David Faílde protagonizó uno de los momentos de la jornada en la liga Asobal deteniendo un lanzamiento de siete metros en el último suspiro ante el Torrelavega. Su intervención salvadora se hizo viral y se convirtió en el héroe de la semana en Irún.

—¿Es cierto que los penaltis no son lo tuyo?

—Mi especialidad nunca fueron los siete metros, ni los tiros en penetración ni los de extremo. Lo que mejor se me da son los tiros desde fuera, de nueve metros. Todo esto fue gracias a Pablo Cacheda, que me enseñó la técnica de deslizar, la parada sueca. En parte también por la forma de trabajar del Lalín, que es como trabajo habitualmente en las concentraciones de la selección española o en el Bidasoa, es muy similar a entrenar con el sénior de Lalín. No considero que mi punto fuerte fueran los siete metros, ni mucho menos

—¿Cómo recuerdas ese momento al detener el lanzamiento, qué sentiste?

—No es que fuese uno de los momentos más espectaculares jugando con el Bidasoa, si no de toda mi vida. Lo tengo en el top 5 de mi vida sin ninguna duda (ríe). Cuando lo paré pensé: “qué acabo de hacer”. Estaba un poco en el impacto del momento, no sabía ni cómo celebrar ni nada. Al final me abracé con mis compañeros y si estuviera mi familia lo celebraría con ella sin ninguna duda.