Sabucedo revivió su rapa das bestas bajo un sol de justicia

DEZA

Casi 2.000 personas llenaron este domingo el curro para ver en acción a los «aloitadores»

06 jul 2025 . Actualizado a las 17:39 h.

Sabucedo presume de tradición ancestral en la mayor peluquería del mundo. Equina, aclaremos. Aunque las bestas debieron dar envidia a la cantante Zeltia Irevire, que quiso cortarse una rasta y unas guedejas de su melena en plena actuación en el curro. Con las gradas a rebosar, en torno a 2.000 personas, y los grados en aumento bajo un sol pendenciero, al mediodía entraban en silencio a la arena sobre doscientos caballos para vivir este domingo la segunda rapa en este año histórico, donde esta fiesta de interés turístico internacional estrena su declaración del Ben de Interese Cultural (BIC).

Los aloitadores situaron garañón azabache de fina estampa en el punto de mira para abrir con brío la rapa. Y quiso resistir a las manos que le inmovilizaban, con uno de los primeros revoltones del día. Pero la sabiduría atesorada durante generaciones, la genética de los hombres y mujeres —cada año más sobre la arena— de este rincón de la Galicia interior siempre termina por imponerse. Salto al lomo del caballo mientras otro compañero ayuda a inmovilizar la testuz y taparle los ojos, con uno de los veteranos al frente de la coreografía agarrando el rabo a modo de timón para facilitar el trabajo. Después toca desparasitarlo y cortarle las sedas.

Con una cadencia constante, con dos o tres caballos rapados a la vez, transcurría sin grandes sobresaltos esta noble batalla entre hombre y caballo. Entre la manada agolpada en el curro tres garañones, Chapas, Ciclón y Zelenski, que se sumaban a Quixote, aloitado ya el sábado después de cinco años sin dejarse capturar en la bajada del monte.

Las altas temperaturas apenas generaron huecos en las gradas según avanzaba el curro, con más de 150 profesionales del mundo de la comunicación de doce países dispuestos a inmortalizar la rapa gallega por antonomasia. Entre aplausos incluso se revivía esa fórmula más arriesgada de saltar desde el muro para atrapar al caballo. Después tocaba pedir como en el mejor de los conciertos algún vis para cerrar casi dos horas de rapa. Este lunes se vivirá la tercera y última del año.